A medianoche del 24 de agosto de 1960, el buque “V. Puchol” –capitán, Benito Felipe Gómez– zarpó de Santa Cruz de Tenerife rumbo a los puertos de San Sebastián de La Gomera y Valverde, con 58 pasajeros a bordo, en línea regular de Compañía Trasmediterránea. A las 04,10 horas, cuando se encontraba navegando por el sur de Tenerife y en las proximidades de Las Galletas, embarrancó en un bajo rocoso quedando con la proa sobre el marisco.
En un primer momento se informó que tenía una vía de agua que había anegado la bodega número dos, noticia que con posterioridad se desmintió, siendo los desperfectos causados menores que los que en un principio se dieron a conocer. Las primeras noticias de este accidente las transmitió un buque inglés que navegaba por la zona, ya que el “V. Puchol” no pudo informar del accidente debido a una avería en el equipo de comunicación.
El petrolero “Teide”, que procedía de Guinea y desvió su rumbo, fue el primero que le prestó auxilio por radio. Luego se desplazó el remolcador “Guanche”, maniobrando para sostener el buque y que la marea no lo empujase contra la rompiente, hasta la llegada del vapor “Viera y Clavijo”, que trasladaba personal técnico de la Comandancia Militar de Marina a las órdenes del capitán de corbeta Sanz García de Paredes, además de un grupo de buzos para intentar ponerlo a flote. Viendo la situación se reclamó también la presencia del remolcador “Fortunate” y desde el puerto de la Luz llegó el remolcador RA-1.
Cuando se produjo la embarrancada, la mayoría de los pasajeros estaban durmiendo, por lo que la alarma fue aún mayor, El pasaje fue desembarcado en una maniobra favorecida por el buen estado de la mar y siendo acogidos en el barrio de pescadores de Las Galletas hasta su traslado a Santa Cruz de Tenerife, desde donde pudieron reemprender el viaje esta vez a bordo del vapor “León y Castillo”.
El reflotamiento del buque “V.Puchol” se consiguió a las cuatro de la tarde del día 25, después de que se empleara dinamita para volar las rocas sobre las que estaba incrustado y, una vez a flote, fue remolcado hasta la bahía de Los Cristianos para su reconocimiento. En la tarde del día 26 zarpó rumbo al puerto de la Luz, donde posteriormente se procedió a su reparación.
Fuentes:
El Día y La Tarde, 24-27 de agosto de 1960
Foto: vía Diego Berto


2 comentarios
Sería interesante saber el motivo de la embarrancada ¿niebla, fallo del motor, despiste del piloto de guardia?