El Parlamento Europeo ha publicado el pasado 17 de enero la resolución que aprueba el contenido del informe Berendsen. Un documento que desarrolla la estrategia europea integral en materia de puertos. Por fin Europa reconoce de manera oficial, la verdadera importancia de estas infraestructuras, capaces de estimular grandes economías, generar miles de puestos de trabajo y contribuir al desarrollo de los estados, impulsando infinidad de áreas de negocio bajo el paraguas de la diversificación, como nodos logísticos, conglomerados industriales y, sobre todo, grandes centros de energías alternativas y de última generación. Son centros clave para la seguridad energética europea, acelerando la transición de estas a energías limpias y contribuyendo en la reducción de las emisiones de CO2.
Los grandes puertos de encuentran inmersos en un amplio proceso de diversificación de actividades, que los ha convertido una pieza clave para el crecimiento económico y para la competitividad de los estados. Europa, a raíz de los problemas geopolíticos, logísticos, ambientales, y comerciales, que se están dando a nivel mundial, lidera ahora una estrategia para potenciar estas infraestructuras, siendo conscientes que son piezas clave para el futuro desarrollo del continente y de su economía.
El texto aprobado, propone un especial control sobre el sistema de inversiones extranjeras directas en los puertos.
Desde Pekín se ha desarrollado una estrategia comercial a través de la ruta de la seda, que ha desencadenado la adquisición de puertos como el del Pireo o la realización de inversiones multimillonarias en puertos hub de la costa africana y latinoamericana. En las últimas semanas, hemos visto como el gigante asiático, apuesta de manera muy decidida a través de la rúbrica de acuerdos comerciales de alto nivel, por producir sus productos en Marruecos para exportarlos posteriormente al continente europeo. Componentes para el sector de la generación eólica o la implantación de su industria automovilística, comenzarán a fabricar sus productos en el Reino Alauí a corto plazo, uniéndose a importantes producciones de otros estados ya presentes. Estas cadenas de producción se abastecerán a través del puerto de Tánger y se exportarán por este o por el futuro megapuerto de Nador, lo que generará un aumento significativo del tráfico portuario a nivel nacional.
Nador-West representará la infraestructura estrella del reino alauita en el Mediterráneo, superando en dimensiones, capacidad y diversificación al puerto de Tánger. Similar iniciativa se prepara en el Atlántico, a través de la nueva infraestructura en Dakhla. No hay duda de que Marruecos ha entendido muy bien la importancia de las infraestructuras portuarias y fruto de ello su ambicioso programa de desarrollo portuario previsto para el horizonte 2030. El programa marroquí, prevé la construcción de cinco megapuertos: Safi, Nador West Med, Kenitra Atlantique, Dakhla Atlantique y Jorf Lasfar. Proyecta ampliaciones y grandes extensiones en Tanger Med II, Port de Jorf Lasfar, Port d´ Agadir, Port de Mohammedia, Port de Tarfaya y Port de Casablanca. En próximos artículos profundizaremos, con mayor detalle, en el programa portuario del Reino Alauí.
Volviendo a Europa, la estrategia portuaria integral, pretende mejorar las competitividad de las instalaciones europeas, para atraer las mejores inversiones, pero en el mejor contexto jurídico.
El hidrógeno tendrá un papel muy destacado en las políticas de transición energética portuarias y ello conlleva una simplificación en la tramitación de las instalaciones que se destinen a ello.
El mecanismo “Conectar Europa” y un mayor desarrollo de la intermodalidad de los hinterland, debe compensar los problemas que pudieran derivar de la nueva normativa.
Otro aspecto que debe garantizar la mejora competitiva es la continuación del impulso a la digitalización de las instalaciones, lo que redunda en una mayor eficacia en la gestión y en la simplificación administrativa.
Para lograr este desarrollo portuario europeo se precisan grandes inversiones públicas y facilitar el entorno para las privadas.
Los puertos son infraestructuras críticas y deben ser gestionadas como tal. Así, el Reglamento de Inversión Extranjera Directa obligará a todos los Estados miembros a implementar un sistema de evaluación de las inversiones extranjeras directas y armonizar estas evaluaciones, lo que contribuirá a obtener una mayor seguridad jurídica.
La resolución del Parlamento Europeo del pasado 17 de enero, (P9_TA2024-0025), ha tenido en cuenta la estrategia de Seguridad Marítima de la UE y su plan de acción denominado “Una estrategia de Seguridad Marítima de la UE reforzada para hacer frente a unas amenazas marítimas cambiantes”, las políticas de seguridad, las políticas de la UE con China, el pacto verde europeo con su FIT for 55, las recomendaciones de Naciones Unidas sobre el cambio climático, las estrategias de biodiversidad, el fomento y uso de las energías procedentes de fuentes renovables, la implementación de nuevas infraestructuras para los combustibles alternativos, las normas para la transparencia financiera común, el marco para la prestación de servicios portuarios, el desarrollo de la Red Transeuropea del Transporte, un mayor control sobre las inversiones chinas en infraestructuras de transporte marítimo europeas y un larguísimo etc.
Un auténtico batallón de medidas para proteger las pasarelas de unión de Europa al mundo a través de los puertos.
La Unión no ha tenido duda al asegurar que los puertos prestan un papel crucial en la economía aportando riqueza y empleo, facilitando el comercio exterior conectándolo con el interior, garantizando el crecimiento de la economía azul, la producción industrial, así como la autonomía estratégica de la Unión Europea. Al prestar un servicio esencial, deben reconocerse y valorarse como tal.
La UE ha manifestado su objetivo de ser más autónoma en sectores estratégicos, sobre todo respondiendo al crecimiento chino en el sector marítimo y debido a lo acontecido en recientes conflictos bélicos, que han puesto en evidencia lo importante que es, no depender completamente de países terceros en sectores estratégicos. Hay que reforzar la resiliencia de las infraestructuras marítimas y de las cadenas de valor, para garantizar el flujo de mercancías vitales.
La estrategia portuaria europea también ha considerado el papel vital de los puertos en las regiones ultraperiféricas y las islas, porque suponen el medio de conexión vital, social y económico de las mismas con el resto de la UE.
Sin duda habrá que desgranar el amplio y extenso contenido del informe Berendsen, dada la importancia de todos los aspectos que incluye y desarrolla. La buena noticia es que el Parlamento Europeo ha ratificado una realidad que ya conocíamos. Los puertos son infraestructuras esenciales, absolutamente estratégicas.
No lleguemos tarde al futuro y a la nueva estrategia portuaria europea integral.
Foto: UE y José Rafael Díaz Hernández


