A Lena y Christer Backman, con mi gratitud eterna
Naantali (Nahdendaal, luego Nådendal, en sueco, traducción directa del latín Vallis Gratiae, el Valle de la Gracia) es una de las ciudades más antiguas de la bella Finlandia. Situada en el suroeste del país y fundada el 23 de agosto de 1443 por el rey Cristóbal de Baviera en torno al monasterio medieval de piedra gris de Santa Brígida —Brigittine o abadía de Nådendal, cuya iglesia domina el paisaje como único edificio del pasado—, durante mucho tiempo ostentó un relevante protagonismo como destino de peregrinos y el convento detentó derechos comerciales y otros privilegios, que contribuyeron al crecimiento de la ciudad.
En el siglo XVI, cuando el catolicismo cedió sus posiciones ante el avance inusitado del protestantismo como religión oficial de Suecia, el convento de Naantali clausuró sus puertas y la ciudad entró en una depresión económica y social que perduró hasta mediados del siglo XVIII, cuando renació con la instalación de una aduana.
En 1863 se fundó el balneario de Kalevanniemi, lo que potenció la categoría de la ciudad como destino vacacional. En 1922, la finca Kultaranta en la isla Luonnonmaa se convirtió en la residencia oficial de verano del presidente de la República, tras la independencia de Finlandia en 1917, lo que añadió un protagonismo adicional al indudable atractivo de la comarca.
Existe un dato significativo, que hemos de tener en cuenta. Naantali es la segunda ciudad de Finlandia con la renta fiscal per cápita más alta del país, y la más alta de la provincia del suroeste, un hecho al que contribuyó en 2009 la fusión de los municipios de Merimasku, Rymättylä y Velkua.
Situada a 14 kilómetros al oeste de la noble Turku, en verano se convierte en un destino turístico nacional importante. Según el censo de 2025 tiene una población de 20.312 habitantes y ocupa una superficie de 312,58 kilómetros cuadrados, la mayor parte repartido entre islas cubiertas de bosques y tierras de cultivo, aunque la mayoría de la población reside en tierra firme. En Naantali se encuentra, asimismo, el parque temático Mundo Mumin, que gira en torno a los entrañables Mumin creados por Tove Jansson.
Naantali es una ciudad tranquila y seductora, en el que destaca el pintoresco casco histórico, formado por un numeroso grupo de coloridas casas de madera, que tiene cada una nombre propio (Hattu, Isokarhu, Jeremias, Pusa, Humppi, Tymppi…). La familia Backman —a quien siempre agradeceremos su generosidad y hospitalidad—, nos invita en una mañana soleada al paseo sosegado por sus calles cargadas de historia que nos hace retroceder apaciblemente en el tiempo. Muchas de ellas están reconvertidas en la actualidad en boutiques, galerías de arte, hoteles, restaurantes de diversos estilos y locales de entretenimiento y música en vivo, pero en el lenguaje estético de sus fachadas y sus detalles arquitectónicos encierran el ideario de sus comitentes.
La antigua zona portuaria se transforma en verano en un entorno resplandeciente para el relax de la vida balnearia y el disfrute del crepúsculo sobre los archipiélagos. El recorrido por las calles estrechas y centenarias y las fachadas de las viejas casas de madera se traducen en una evocación con un encanto que encierra la esencia de la historia que encierran seiscientos años.
El puerto nuevo, funcional, práctico y bien diseñado, nos permite embarcar en los ultramodernos cruise ferries de Finnlines en un viaje de alto nivel que se convierte en una experiencia única y maravillosa en el zizagueante recorrido por los archipiélagos en demanda de Mariehamn y la costa oeste de Suecia. Una oportunidad excitante con un encanto extraordinario.
El entorno de la iglesia luterana de Naantali
El romántico mirador de madera
El encanto de las centenarias casas de madera coloreadas de Naantali
Referencias:
visitfinlando.com
visitnaantali.com
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo