Al cumplirse en este día el 51º aniversario del primer viaje del primer “Benchijigua” de Ferry Gomera, evocamos la memoria de dos personas y profesionales excepcionales —entre otras personas excepcionales de aquella etapa, como Laly Hernando, Tomás Cerdeña, Julio Mosquera o Thor O. Lindberg—, que bien resumen el espíritu y la forma de ser de aquellos años en los que la empresa que conocemos en la actualidad era un ejemplo de eficacia, humildad y cercanía.
Servando Peraza García y José García Oliva. José García Oliva y Servando Peraza García. Capitán y jefe de máquinas, respectivamente, ambos representan el paradigma de la profesión hecha virtud, enmarcada, además, en unas excelentes cualidades humanas que han dejado una huella imborrable y que marcaron el rumbo y la estela del mejor quehacer personal y profesional de quienes vinieron después.
José García Oliva, Pepe Oliva, fue el primer tripulante de Ferry Gomera y se desplazó a Noruega durante la construcción del primer “Benchijigua”. Servando Peraza García llegó poco después junto a Miguel Ángel Sánchez Conejo, que fue su primer capitán; José Carlos Rodríguez y Vicente Hernández Rodríguez y entre todos ellos hilvanaron un equipo excepcional —del que también formaba parte aquel contramaestre gomero excepcional, Chano Escuela, de Playa Santiago—, cuya capacidad y eficiencia está ampliamente reconocida, aunque todos ellos, en su probada y demostrada humildad, jamás pretendieron protagonismo alguno.
Desde la llegada del primer “Benchijigua”, en julio de 1974 y hasta mayo de 2005, en que llegó el trimarán “Benchijigua Express”, sus carreras profesionales prácticamente transcurrieron a la par. A ambos les tocó asumir el cambio tecnológico, con todo lo que ello comportaba, del paso de los ferries convencionales a los buques de alta velocidad y siempre estuvieron a la altura debida, poniendo de manifiesto su elevada capacidad y notable preparación técnica, forjada en los años mozos de estudios en la Escuela Oficial de Náutica de Santa Cruz de Tenerife y en sus respectivos embarques.
Servando Peraza emprendió la singladura eterna en mayo de 2015 todavía en edad temprana y nos dejó la estela imborrable de la amistad leal y bien correspondida. José García Oliva —entrañable, cercano y vital al igual que su compañero y amigo de tantas singladuras— disfruta de su jubilación en la quietud de su mirada siempre tranquila y la serena humildad de su persona. Ambos son una emotiva evocación de la felicidad, el afecto y la gratitud de los años idos para siempre.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo


1 comentario
Ambos fueron y son dos grandes Profesionales y amigos ,Servando que descanse en Paz y con José Oliva mantengo una cordial amistad desde jovenes