Tras la estela del “Benchijigua Express” el alma del capitán Servando Peraza García navega para siempre en aguas de La Gomera. Apenas unos días después de emprendido el último viaje, sus cenizas se unieron de manera indisoluble a la Isla Colombina y fueron esparcidas en la mar inmensa desde el buque de su mando, mientras aleteaba al viento la contraseña de Fred. Olsen, la empresa naviera a la que entregó sus mejores desvelos y afanes profesionales, compartidos con su familia.
Servando se nos fue en silencio, como él acostumbraba a hacer sus cosas. Sin embargo, su partida no pasó inadvertida, aunque conociéndole quizás él lo hubiera preferido. Ha pasado un año desde el inicio de su singladura eterna y al recordarle evocamos la memoria de una persona singular y un profesional relevante, digno ejemplo de una generación de trabajo, esfuerzo y sacrificio.
Supimos la triste noticia el 19 de mayo de 2015, al alba. Una llamada de su esposa, con la voz entrecortada, nos hizo saber que Servando había emprendido su última singladura. A partir de ese momento, el rosario de los recuerdos comenzó a desgranar las cuentas y los mensajes de reconocimiento a través de las redes sociales se sucedieron en vertiginosa cascada. Entre ellos encontramos el del capitán Fernando Salvador Sánchez-Caro, compañero de profesión, que resume con acertada precisión su personalidad: “Un gran profesional, una gran persona, que mantuvo el timón de su cruel enfermedad con toda dignidad hasta el final y sin permitir que sus amigos compartiéramos con él su última y difícil singladura, que afrontó con gran entereza. Quedará en nuestro recuerdo para siempre y su familia debe estar muy orgullosa de él”.
En 2012, cuando se cumplieron 38 años del estreno del primer “Benchijigua” entre La Gomera y Los Cristianos –hito que marcó el comienzo de una nueva etapa profesional y personal de nuestro protagonista– llegó el momento, por imperativo legal, del desembarco del comodoro de la Flota de Fred. Olsen y lo hizo con la satisfacción del deber cumplido. A partir de entonces su vida marinera quedó al resguardo permanente del mejor puerto, el de su esposa María Elba, sus hijos y sus nietos y de sus buenos amigos, a los que nos queda la satisfacción inmensa de haberle conocido y compartido con él tantas vivencias.
Servando Peraza García nació el 1 de febrero de 1947 en Santa Cruz de Tenerife. Estudió en la Escuela Oficial de Náutica de su ciudad natal, sección de puente, de la que salió alumno en 1966. Las prácticas las realizó en los petroleros “Bailén” y “Astorga”, de CEPSA. Entre diciembre de 1968 y mayo de 1974 navegó en los diferentes empleos de oficial en los buques “Cabo San Roque”, “Monte Urquiola”, “Playa del Médano”, “Playa de Naos”, “Lago Victoria” y “Joaquín Velasco”, en el que hizo su primer interinaje de capitán.
El 5 de julio de 1974 embarcó en el ferry “Benchijigua” (1º), del que fue primer oficial y capitán titular del mismo desde el 14 de julio de 1977. A partir de entonces su actividad profesional estuvo siempre vinculada a la línea de La Gomera, Los Cristianos, La Palma y El Hierro, asumiendo el mando del segundo “Benchijigua” (1980-1994) y el tercer “Benchijigua” (1994-1999).
Cuando Fred. Olsen decidió incorporar embarcaciones de alta velocidad a las líneas de Canarias, Servando Peraza asumió el reto tecnológico y se ocupó con las respectuvas tripulaciones a su mando de los viajes de posicionamiento desde Australia hasta Canarias de los buques “Bonanza Express” (1999), “Bentayga Express” (1999), “Benchijigua Express” (2000-2005), “Bocayna Express” (2003) y “Benchijigua Express” (2005), que es el mayor trimarán del mundo, como conocen nuestros lectores.
Servando fue hombre de su tiempo, representante de una generación responsable que encontró su espacio vital en el mundo de la mar y los barcos. Su nombre pertenece a la selecta nómina de profesionales de prestigio, técnicamente muy preparados y solventes, que han desempeñado desde edad temprana puestos de máxima responsabilidad. Forma parte, además, de la historia contemporánea de Canarias y, especialmente, de La Gomera, así como de la Marina mercante española, pues le correspondió mandar buques de Ferry Gomera y Fred. Olsen que han sido hitos y han dejado huella profesional compartida con su entrañable amigo y compañero de singladuras, el jefe de máquinas José García Oliva.
Es imposible resumir en unas líneas la multitud de vivencias acumuladas a lo largo de tantos años de amistad bien forjada que acabó siendo verdaderamente entrañable. Servando era una persona sencilla, humilde, afectiva y leal, ajena a cualquier protagonismo, con un gran sentido del deber y una gran capacidad para formar equipo. Y fue sobre todo un amigo con mayúsculas, entrañable, siempre atento, correcto, respetuoso y prudente.
En reconocimiento a su trayectoria, en enero de 2006 el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en tiempos del ministro Jesús Caldera y siendo José Segura Clavell delegado del Gobierno en Canarias, se le premió con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Nos correspondió entonces hilvanar las líneas de su historial profesional que formaron parte del expediente de concesión de honores. Una distinción que se otorga personas excepcionales y que premia una conducta socialmente útil y ejemplar en cualquier trabajo o profesión, lo cual resume el espacio vital y profesional del capitán Servando Peraza García.
Hoy, un año después, reescribimos estas líneas del muy admirado y muy querido amigo, cuya memoria permanece intacta. Su dedicación y su profesionalidad superan con creces cualquier expectativa y sabemos que se nos fue demasiado pronto y nos quedaron pendientes unas cuantas conversaciones. En la seguridad de que algún día volveremos a encontrarnos en torno a nuestra gran pasión, hasta entonces, querido Servando, recibe un fuerte abrazo allá donde quiera que estés.
Foto: Idaira Peraza