El miércoles 9 de julio, se reinicia el reloj comercial, cuando Estados Unidos ponga fin a su moratoria arancelaria de 90 días y comience a aplicar una nueva oleada de tarifas, que podrían oscilar entre el 10 % y el 70 %, dependiendo del país y del sector.
Más allá de las implicaciones políticas, el impacto real se sentirá en las rutas marítimas, los puertos, y las cadenas de suministro globales, especialmente aquellas más expuestas a los productos norteamericanos y chinos. Las próximas semanas serán decisivas para los armadores, operadores logísticos, puertos y gobiernos que intentan anticipar soluciones y estrategias.
Washington endurece el tono
Durante las últimas horas, la Casa Blanca ha intensificado su presión. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha advertido que todos los países que no hayan cerrado acuerdos bilaterales con EE. UU. antes del 9 de julio, se les aplicará una subida automática de aranceles. Hasta el momento, sólo tres países han cerrado acuerdos con el gobierno estadounidense: Reino Unido, Vietnam y China con unas condiciones especiales. Para los países que menos exportan a EE. UU., Trump ha previsto un arancel fijo del 10 %.
Desde la Unión Europea aseguran negociar in extremis, pero la administración norteamericana ya ha anunciado el envío de cartas comunicando los nuevos aranceles a aplicar. A falta de acuerdo, las cifras que se aplicarían a la U.E. son del 50% a todas las importaciones. Las principales bolsas han asumido las noticias con preocupación, mostrando importantes bajadas, porque Trump ha anunciado una horquilla que oscila entre el 10% y el 70% según los estados. Si no se alcanzan mas acuerdos, el próximo 1 de agosto se comenzarán a pagar los nuevos aranceles.
China ha respondido a esta segunda oleada de aranceles, desviando sus exportaciones a través del sudeste asiático, que se ha convertido en un estratégico puente logístico. A pesar de las acciones alternativas de las empresas, las exportaciones chinas directas a EE. UU. cayeron un 43 % hasta mayo, mientras sus envíos al sudeste asiático aumentaron un 15 % y a la UE un 12 %. Vietnam, Indonesia e India se han consolidado como países puente para las ventas de Pekín.
Se estima que en Vietnam se recibieron durante el mes de mayo 3.400 millones de dólares en productos chinos y en Indonesia unos 800 millones. La contramedida impuesta desde Washington no se ha hecho esperar y ha sido la propuesta de un arancel del 40% sobre mercancías reexportadas a través de Vietnam. La trazabilidad de las cargas seguirá siendo un desafío para las cadenas de suministro.

Rutas marítimas al borde de una nueva mutación
El efecto inmediato de la nueva oleada de aranceles, será el desvío masivo de tráficos. Las rutas Asia–Costa Oeste de EE. UU. experimentarán una gran volatilidad añadida a la que ya sufrían.
La ruta a través del Mar Rojo, tradicional eje entre Asia y Europa, sigue siendo un corredor intransitable. Desde que se produjo el primer ataque hutí contra el buque ro-ro «Galaxy Leader», el pasado mes de noviembre de 2023, la seguridad para garantizar la navegación no se ha recuperado. El pasado domingo 6 de julio, un buque comercial de bandera griega sufrió un nuevo ataque con misiles. El tránsito por el Canal se verá de nuevo interrumpido. El barco atacado realizaba la ruta desde China a Turquía con una carga de fertilizantes y acero. El grupo hutí interrumpió los ataques a los buques en el período posterior al inicio del alto el fuego en Gaza en enero y no los había reanudado desde entonces.
El paso a través del cabo de Buena Esperanza, salvo cambios importantes, seguirá siendo la principal alternativa para los buques en ruta desde el sudeste asiático a Europa, incrementando los tiempos, emisiones y coste de los fletes.
¿Quién gana y quién pierde?
Vietnam, Tailandia e Indonesia absorberán tráficos y carga desviados desde China.
México y el conjunto logístico del Golfo de México (Altamira, Houston) consolidarán su rol como hubs con ventajas arancelarias. Los puertos de la costa Oeste de los EE.UU., Los Ángeles, Long-Beach, sufrirían desvíos de tráfico, en favor de los de la costa este o los mexicanos.
Los puertos latinoamericanos de la vertiente atlántica como Santos, Cartagena o Montevideo podrán realizar el papel de “bypasses”, para las cargas desde Asia o desde Europa.
Los puertos del norte de Europa, Hamburgo, Rotterdam o Amberes, afectados por los aranceles aplicados a la U.E., podrán experimentar reducciones de tráfico. La Unión Europea ha sido advertida de un arancel del 17 % a su sector agroalimentario. Las divisiones internas debilitan una respuesta consensuada antes de los plazos fijados. Si Europa no reacciona con rapidez y cohesión, perderá competitividad portuaria y comercial frente a Asia y América. La dependencia de las normas medioambientales y la fragmentación normativa, limitan aun mas su maniobrabilidad.
El eje del Mar Rojo, Canal de Suez, Golfo Pérsico, Mar Arábico y zonas limítrofes, sufrirán importantes caídas, debido a la inseguridad y a las elevadas primas de seguro. En contraposición las infraestructuras Sudafricanas y de la costa atlántica, se beneficiarán de estos desvíos como ha ocurrido en los últimos meses.
Latam tiene una oportunidad sin precedentes de reposicionarse en el tablero logístico mundial. México ya es el primer socio comercial de EE. UU., y países como Brasil, Colombia o Perú, pueden incrementar su peso como hubs regionales, fabricantes alternativos y exportadores agroalimentarios. La clave está en invertir más en infraestructuras portuarias, trazabilidad digital y acuerdos de origen claros, para evitar ser penalizados por las nuevas normativas de trazabilidad estadounidense.
Con respecto a los principales puertos asiáticos, este lunes 7 de julio, el presidente Trump anunciaba la imposición de aranceles del 25% sobre las importaciones de bienes procedentes de Japón y Corea del Sur, a partir del próximo l de agosto, como medida necesaria para reducir el importante déficit comercial de EE.UU. con estos dos grandes productores.
En el continente africano el impacto será moderado debido al auge de las plataformas de transbordo.
El momento de las decisiones
Durante el Foro de Ningbo, celebrado recientemente en China, se alertó del auge del “unilateralismo arancelario” y del colapso del sistema multilateral de la OMC. Pero también se dejó un mensaje de esperanza: una nueva etapa de globalización más diversificada y digital está en camino, con corredores verdes, trazabilidad blockchain y hubs alternativos.
Las próximas semanas determinarán cómo y quién dominará las nuevas rutas del comercio. La anticipación será el activo más valioso. Empresas, puertos y gobiernos, deberán reformular rutas, identificar hubs seguros, reforzar sus acuerdos bilaterales y apostar por digitalización y resiliencia. Pero, en un mundo tan cambiante, serán las alianzas estratégicas entre estados y puertos, las que resulten fundamentales para tratar de superar las dificultades.
Fotos: cedidas


1 comentario
Está claro que los EEUU son un mal aliado y desde Trump un adversario o enemigo. Ya va siendo hora de que Europa se dé cuenta de que estamos solos y hay que plantar cara. Los países europeos tienen que dejarse de idioteces y despertar: los EEUU ya solo quieren dominarnos o extorsionarnos, y si queremos sobrevivir tenemos que estar más unidos y decididos que nunca.