La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha iniciado el proceso de licitación para construir y operar un gasoducto de 76 kilómetros de longitud entre el Océano Atlántico y el Pacífico, diseñado para transportar propano, butano y etano. La iniciativa forma parte de un plan de inversión de 8.500 millones de dólares a siete años que incluye la construcción de un nuevo embalse y mejoras en infraestructuras de transporte.
El gasoducto, con una capacidad equivalente proyectada de hasta 2,5 millones de barriles diarios, permitirá trasladar cargas de gases licuados del petróleo y etano a través del istmo sin necesidad de utilizar la infraestructura del Canal, liberando espacio para otros tráficos estratégicos, como metaneros o portacontenedores.
La ACP planea entrar en el negocio portuario con la licitación de dos nuevas terminales vinculadas a la infraestructura energética, una en la vertiente atlántica y otra en la pacífica. “Estamos entrando en el juego de las terminales portuarias”, declaró Vásquez, aludiendo a la necesidad de competir con instalaciones modernas como el puerto colombiano de Cartagena de Indias.
El proyecto se desarrollará en tres fases: precalificación de las empresas, diálogo con los participantes seleccionados y adjudicación de la concesión, prevista para el cuarto trimestre de 2026. La ACP ha subrayado que la infraestructura cumplirá los estándares internacionales de seguridad y protección medioambiental.
El proyecto surge tras la sequía registrada en 2023 y 2024, cuando el fenómeno de El Niño redujo de forma drástica el nivel de los embalses, obligando a limitar el calado y el número de tránsitos. Aunque este año el canal ha podido mantener un calado de 50 pies (15 metros) gracias a mayores precipitaciones, la ACP advierte de que se requieren soluciones estructurales para garantizar la sostenibilidad operativa del Canal a largo plazo.
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