“La Palma Romántica” es uno de los establecimientos hoteleros de referencia en la isla de La Palma y un emblema de Barlovento. Tiene su origen en una casa construida por la familia finlandesa Kuha, fundada por Kalevi Kuha (1935-2004) y Aila Kuha (1937-2022), que llegaron a La Palma en 1968, con dos hijos pequeños, Isko y Mai Kuha.
Ahora, más de cincuenta años después, Isko Kuha y su esposa Tarja Kuha han vuelto a La Palma, como hacen cada año, solo que esta vez han dejado un testimonio especial en memoria de la que fue su casa, que hoy forma parte del establecimiento hotelero, colocando una placa a la entrada del edificio central del hotel, para memoria y gratitud de sus orígenes.
Kalevi Kuha y su esposa Aila (Westerholm de soltera) nacieron poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Kalevi procedía de la región de la Karelia finlandesa, que tuvo que ser entregada a la URSS a consecuencia de la contienda, lo cual no fue obstáculo para que aprendiera el ruso como lengua extranjera en el colegio de su niñez.
A la vuelta de la paz y al repatriarse las tropas de la reserva nacional, ambas familias pudieron consolidarse y construyeron sus nuevos hogares en otra parte de Finlandia. Tanto Kalevi como Aila provenían de familias obreras, que en la posguerra mundial vivieron el duro trabajo de la reconstrucción nacional. Como muestra de su capacidad, ambos jóvenes fueron los primeros bachilleres de liceo en sus respectivas familias, motivo de orgullo de su entorno cotidiano.
A diferencia de Kalevi, quien era nativo de una tribu livvi-kareliana, Aila era sueco parlante (además del finés) y miembro de otra minoría nacional finlandesa. Cuando se conocieron a finales de la década de los años cincuenta, Kalevi había terminado su servicio militar con rango de cabo y su experiencia cultural en las minorías se convirtió en un elemento esencial que les animó juntos a emprender una nueva vida como matrimonio al amparo de un pequeño negocio de instalaciones caseras en varias provincias finlandesas. En los mejores momentos de su actividad profesional, a finales de los años sesenta, el joven matrimonio Kuha empleó a una veintena de personas en su quehacer manual.
A mediados de la década, la familia Kuha, con dos hijos pequeños, visitó Canarias por primera vez en uno de aquellos memorables vuelos chárter en aviones turbohélices, para unas cortas vacaciones invernales. Lo cual claramente fue un esfuerzo económico considerable, dados los precios de los billetes de avión de aquel entonces.
Al visitar así por primera vez La Palma, a donde llegaron desde Gran Canaria, Kalevi y Aila se sintieron inmediatamente atraídos por la isla y se plantearon el reto del posible inicio de una nueva vida en la isla palmera, pese a que entonces apenas hablaban español. La familia Kuha decidió vender su empresa en Helsinki y continuar con su experiencia de impermeabilización de ventanas y puertas como su actividad profesional.
Para vivir en La Palma, el paso siguiente fue asegurar una vivienda a base de los ahorros acumulados. Otro matrimonio extranjero, ingleses obreros y veteranos de guerra retirados y establecidos en la isla, sugirió la zona alta de Santa Cruz de La Palma como la más idónea tanto en clima como por conexiones para una joven familia con trabajo. Sin embargo, no encontraron el solar adecuado en aquel momento y estando en la búsqueda encontraron otro en venta en Barlovento, bastante más lejos de sus apetencias iniciales, de modo que con la ayuda de una familia de comerciantes de Santa Cruz de La Palma —que supo manejarse en buen inglés—, pudieron resolver la compra del terreno e iniciar el diseño de su casa, trazada por el propio Kalevi Kuha.
En su origen, la vivienda de la familia Kuha en Barlovento consistía en una casa principal de dos pisos, otra anexa de una planta y una cabaña para la calefacción y el bombeo del agua de la piscina. Curiosamente, y en cierto sentido como preludio al hotel de tiempos posteriores, planearon el conjunto para modificar la casa principal en un albergue de cuatro dormitorios (en el piso superior) y un amplio comedor al pie de la escalera principal.
Las dos casas, la cabaña y la piscina fueron construidas por hábiles albañiles locales dirigidos por el capataz Fabián. Las obras se iban completando por fases, empezando con la casa pequeña que fue terminada en 1969. Después de unas pequeñas demoras —principalmente para poder finalizar las instalaciones de agua circulante de calefacción en los suelos de la casa principal—, se acometió la casa grande y en los años siguientes la familia Kuha pudo disfrutar de su vida apacible en Barlovento y realizar pequeñas mejoras en su hogar.
En varias ocasiones recibieron visitas de amigos y familiares que venían desde Finlandia, haciéndolo en vuelos desde Finlandia a Gran Canaria o Tenerife, para luego enlazar con La Palma, lo cual tenía entonces mucho de aventura y suponía un gasto considerable.
En la década de los años ochenta, la familia Kuha se vio en dificultades económicas tras el declive de su actividad profesional, pues el mercado para las instalaciones de puertas y ventanas ya no rendía, tras la aparición de tecnologías más modernas.
Ante estos retos y con los continuos intentos sin gran éxito para mejorar su situación laboral, la introversión y un cierto alejamiento de las ilusiones de juventud fueron apoderándose de la familia. En 1984, cuando sus hijos Isko y Mai regresaron el primero a Finlandia y la segunda viajó a EE.UU. para proseguir con sus respectivas vidas, Kalevi y Aila Kuha vendieron su hogar a quienes después hicieron posible “La Palma Romántica”.
Dejando atrás Barlovento, Kalevi y Aila Kuha siguieron juntos a Tenerife y a Gran Canaria, donde tuvieron una nueva buena racha de trabajo en empresas de construcción, aunque por cuenta ajena. Kalevi falleció en 2004 y su mujer Aila en 2022. Todos los años, desde hace unos cuantos, su hijo Isko Kuha regresa fielmente a La Palma en unión de su mujer Tarja Kuha y entonces como ahora, siempre es un placer el reencuentro con estos amigos que representan las virtudes de la bella Finlandia y de la gratitud a la tierra en la que vivieron una parte importante de sus vidas.





Fotos: cedidas









