El puerto de Las Palmas de Gran Canaria comienza a sentir los efectos beneficiosos para sus intereses de la crisis del Mar Rojo y su afección en el transporte marítimo internacional. Desde que las grandes navieras que transitan entre Asia y Europa han ordenado el desvío de sus grandes buques por el Cabo de Buena Esperanza, piden turno para garantizar el suministro de combustible, de modo que su estadía sea lo más breve posible.
Cuatro compañías petroleras compiten por un mercado que tiene al puerto grancanario como punto de referencia en esta zona del Atlántico. Aunque hasta septiembre pasado había perdido un 13% en este segmento, ahora tiene una oportunidad para incrementar el porcentaje de toneladas suministradas, pues las compañías de los buques tipo ULCV contratan cantidades considerables de fuel y gasoil para garantizar sus largos tránsitos.
Ante esta circunstancia, el puerto de Santa Cruz de Tenerife está en clara desventaja, pues solo tiene a CEPSA. Y CEPSA tiene sus intereses prioritarios en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria. En ocasiones, alguna de las otras compañías petroleras que tienen su base en el puerto vecino viene a suministrar a sus clientes en Tenerife, caso de Aegean, que posiciona uno de sus barcos con cierta frecuencia.
Pese a que el puerto tinerfeño tiene mejores condiciones para el fondeo, como así está reconocido por los capitanes de los grandes buques metaneros, en poco o nada se beneficiará de esta coyuntura internacional, que además supone un refrendo para las capacidades operativas del puerto grancanario. Razón por la cual entendemos necesario que haya más suministradores y que se fomente la competencia, cuestión en la que el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, que sabemos es conocedor de esta situación, tiene uno de los desafíos de su mandato.
Foto: Nicolás Arocha para puentedemando.com


1 comentario
Si lo vemos desde la perspectiva insularista, pues si, es una mala noticia para TF. Para mi al contrario es una estupenda noticia para los i treses de Canarias, y redunda en el bolsillo de todos nosotros.