Una nutrida asistencia de más de cien personas —entre las que se encontraban las primeras autoridades, así como científicos, investigadores y escritores, entre otros—, arropó el pasado viernes 21 de febrero la presentación del libro “Naturaleza pictórica. Reflexiones de arte y naturaleza, para fauna, flora y gea de Canarias”, del que son coautores Fátima Hernández Martín y Alejandro Tosco Castro. El acto se celebró en la sede del Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife (MUNA).
El libro está prologado por el profesor doctor Wolfredo Wildpret de la Torre, que también intervino en el acto, así como José Carlos Acha, consejero de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife y Pilar Blanco, catedrática de Dibujo y ex decana de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, así como los respectivos coautores.
El nuevo libro aglutina naturaleza y arte para dar a conocer, junto con obra pictórica de todos los tiempos, algunos de los más interesantes organismos de la fauna y flora, así como elementos de gea que conforman la biodiversidad de Canarias, con especial referencia a la zona costera, enclave que Alejandro Tosco, como pintor, escultor, artista, ha considerado de especial predilección y dedicación, como resultado de años de paciente observación del litoral isleño, motivado por su constante sensibilidad por defender todo lo referido a la naturaleza de Canarias y de la región macaronésica.
Fátima Hernández Martín participa en la obra desarrollando extensos textos y comentando imágenes a las que aporta unos contenidos que ha intentado gestar −a propósito− como prosa poética, con afán no sólo de informar en detalle sobre la biología de las especies seleccionadas (no están todas evidentemente), sino también para despertar la responsabilidad de su conservación y la curiosidad por saber más acerca de sus ciclos de vida en el engranaje ecológico del archipiélago, todo ello adornado con un halo de misticismo que trasciende más allá de lo natural para convertirse en un nexo de todos los contenidos imbricados, en definitiva, un sencillo aunque sentido homenaje a la biota isleña, amenazada, hermosa y única.
El libro cuenta con un extenso prólogo del profesor Wolfredo Wildpret de la Torre, así como una documentada introducción que hace un repaso a la iconografía de naturaleza desde tiempos arcaicos, destacándose (con imágenes) algunas obras ubicadas en importantes pinacotecas, pinturas donde la naturaleza ha tenido un papel relevante. Algunas de estas obras (una cuidada selección) son reproducidas también en el libro con los permisos correspondientes.
Dice el profesor Wilpret de la Torre que “el dibujo ha hecho visible lo observado y lo imaginado, dando forma por igual al pensamiento y al conocimiento desde tiempos muy remotos. La ilustración científica nos ha dado a conocer nuestro entorno, ha sido una fuente de conocimiento y acercamiento a la naturaleza. El ilustrador científico, como artista, tiene la responsabilidad de realizar una aproximación a la realidad de la especie o del paisaje.
Sean estas primeras reflexiones argumento fundamental para un botánico que no concibe el estudio taxonómico básico y riguroso de una especie vegetal sin escudriñar detenidamente en el dibujo correspondiente que acompaña a su descripción. Reflexión que hago extensiva a todo aquel cuya percepción científica abarque la descripción de un organismo vivo”.
Señala el eminente profesor, refiriéndose al trabajo de Fátima Hernández Martín, que “presenta un documento muy apoyado por abundantes citas bibliográficas en relación a la historia de la iconografía sobre naturaleza. Señalemos la época greco-romana, pasando por el periodo medieval considerado época oscura, retrógrada, feudal, pero que, desde otras perspectivas, permitió el paso a la implantación de nuevas culturas, como la cristiana o la musulmana, con enorme trascendencia en amplios territorios del plantea. Asimismo, el arte religioso románico y gótico cristiano y el musulmán han dejado su huella más importante en los templos, catedrales, mezquitas, fortalezas, ciudades amuralladas, agricultura, jardines…”.
“El siguiente capítulo a comentar es fascinante y novedoso. Los bodegones de naturaleza muerta dedicados a la fauna marina expuesta en diferentes mercados de pescado del siglo XVI. La autora ha elegido una serie de bodegones donde es fácil reconocer especies que son familiares a los taxónomos. Obras de artistas como Frans Snyders o Joachim van Sandrart realizadas todas en Flandes, cuando estos territorios formaban parte del imperio español en los siglos XVI y XVII. Finaliza la selección con varios cuadros del pintor grancanario Néstor Martín Fernández de la Torre, mi ilustre pariente, artista modernista, que muestra en la serie dedicada a los Poemas del Mar, la vida en el océano desde un punto de vista simbólico. Es posible pensar que el artista haya representado —como idea propia— agua del mar, espacio donde tuvo lugar la evolución de la vida de este planeta”.
“El azul del Atlántico es un ensayo lírico y metafórico donde el artista Alejandro Tosco vierte una serie de reflexiones —con una prosa rica y sentimental— sobre el gran misterio de la naturaleza. Conviene reflexionar en este sentido, que la naturaleza, otrora incontaminada, fue enclave prístino del ser humano y sigue siendo la cuna de la vida. Es de lamentar la degradación y desaparición que se está produciendo rápidamente, a gran velocidad, incluso de aquellas regiones y lugares en que todavía existe. Tal naturaleza es de un valor inconmensurable en términos puramente culturales, pero su pérdida puede tener consecuencias todavía más serias, incluso fatales, para nuestra supervivencia. La carga genética del mundo, construida, diversificada y perfeccionada a lo largo de centenas y centenas de millones años, en los laboratorios de la naturaleza, se está viendo inexorablemente acosada y diezmada; asimismo ocurre con que están destruyendo hábitats esenciales para la existencia y evolución de tantísimas especiales. Para llegar hasta hoy con vida, dichas especies han tenido que resolver, a menudo de manera harto ingeniosa, miles de problemas bioquímicos y biofísicos, la mayoría de las veces imposible de dilucidar”.
Alejandro Tosco Castro es un artista de renombre en Canarias, pintor comprometido, ideólogo que expresa sus convicciones a través de textos visuales, creador de formas que movilizan intenciones y crean estados de conciencia.
“Mi interpretación —destaca el profesor Wilpdret— me lleva a considerar al artista Alejandro Tosco, desde mi modesto punto de vista, como esa persona creativa que olvida toda lógica y pensamiento racional, en una situación mental personal que busca lo real, a partir del impulso psíquico de su imaginación y lo sitúa en lo irreal fantástico”.



Fotos: cedidas

