Serra da Capellada marca los límites de los concellos de Cariño y Cedeira. Una carretera secundaria hilvanada de elevados aerogeneradores nos conduce de Cariño a Cabo Ortegal —camino del santuario de San Andrés de Teixido— y en su punto más alto, a 620 m de altitud sobre el nivel del mar, se encuentra una caseta de piedra construida en el siglo XVIII, conocida como garita de vigía Herbeira, que hemos vuelto a visitar años después recordando la figura de aquel profesor extraordinario y de fecunda trayectoria de la Universidad de Santiago de Compostela llamado Ángel Sicart Giménez.
Fechada su construcción en 1805, la garita de vigía de Herbeira formaba parte de un grupo de construcciones dedicadas a la vigilancia marítima a lo largo de la costa, pues estaban situadas en puntos estratégicos, en los que domina una amplia visión. Grupo al que pertenecen, asimismo, las garitas de O Limo, Candieira, A Casa da Vela y Estaca de Bares.
En el caso que nos ocupa, proyectada por los ingenieros reales y construida por los vecinos de la comarca con las artes propias de la época, se trata de una edificación de planta rectangular, de 15 metros cuadrados de superficie, levantada en mampostería de granito, con tres ventanas, una chimenea y cubierta pétrea con bóveda de cañón, en la que, en otro tiempo, se alojaba un destacamento militar ocupado en la vigilancia costera.
Restaurada en 2003, al igual que el entorno circundante con sus muros de piedra, Herbeira —nombre que tuvo uno de los barcos de Naviera de Galicia— es el punto más alto de toda la agreste costa donde se encuentran algunos de los acantilados más altos de la Europa atlántica, con pendientes del 80%.
La visión desde enclave es realmente espectacular y la quietud de paisaje siempre verde reconforta el ambiente dominado por la fuerza del viento, el olor a mar y la inusitada violencia de las olas contra la rompiente.



Referencias:
galiciamáxica.eu
turismo.gal
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo







