A medida que avanzaron las obras del muelle de ribera sepultando las playas que entonces recortaban las costas de la ciudad y que se construyó en tres etapas diferenciadas entre las que mediaron más de veinte años, el muelle sur del puerto de Santa Cruz de Tenerife cedió su protagonismo en la exportación frutera, pues precisaba de grúas y tinglados en los que podía resguardarse en mejores condiciones la fruta y la carga general que entraba desde la Península y el extranjero.
Del primer tramo del muelle de ribera se conserva —aunque con la suma de varias modificaciones— el edificio con su paseo superior convertido en balcón sobre el puerto junto a la Avenida de Anaga y que en la actualidad alberga la estación de pasajeros frente a la cual opera Fred. Olsen Express. Hubo un tiempo en que aunque fue atraque preferente y durante muchos años de Compañía Trasmediterránea, tanto para los buques de pasaje como de los fruteros que embarcaban las cargas verdes con sus medios propios o con las grúas de la Junta de Obras del Puerto para su distribución en los puertos de destino.
La vieja postal en color nos muestra cómo era entonces el primer tramo del muelle de ribera, con el entrante situado frente a la marquesina que sería rellenado cuando se quiso aprovechar mejor el espacio para la operativa de los primeros ferries que llegaron a Canarias, caso de los primeros “volcanes” de Antonio Armas y después los “delfines” de Compañía Trasmediterránea, que tanto significaron en el desarrollo del transporte marítimo interinsular.
Con anterioridad ocuparon el atraque con la regularidad de las zafras fruteras los buques de las compañías danesas e inglesas que cargaban para el norte de Europa e Inglaterra, mientras que en el muelle norte lo hacían con carácter preferente los fruteros noruegos de Fred. Olsen & Co., entre los que recordamos especialmente a los gemelos “Bruno” y “Bencomo”, así como el mítico “Plus Ultra”, con el que Compañía Trasmediterránea homenajeó el vuelo del famoso hidroavión Dornier Do J Wal en la expedición de denero de 1926, de la que próximamente se cumplirá un siglo.
En el muelle de ribera, entonces sometido a un trajín constante, atracaron los buques “Río Jallas” y “Río Tambre”, los “picos” de Miño, los barcos de Pinillos y de Naviera Aznar, los Black’s de Fred. Olsen y tantos otros y entre los barcos de Trasmediterránea figuraban los vapores “Ciudad de Alcira” y “Ciudad de Salamanca”, que fueron los primeros barcos que tuvo la compañía en la inmediata posguerra.
Foto: archivo de Antonio Barbero García

