Poco a poco Vueling va recuperando la necesaria normalidad merced a la aplicación de un plan de contingencia, vigilado de cerca por inspectores del Ministerio de Fomento, que siguen instrucciones concretas de la ministra Ana Pastor, para poner orden ante el desastre vivido especialmente el pasado fin de semana. Puede decirse que la aerolínea está más cerca de la pretendida normalidad, después del grave daño infligido a sus pasajeros.
Para ello, entre otras medidas, los pilotos de Vueling han decidido ceder días libres para poder cubrir la programación. Anda Sepla por el medio y es quien abandera la noticia, en lugar de hacerlo la aerolínea afectada. Nada sorprendente debido a la nulidad de su política informativa. Se trata de una cesión extraordinaria de horas en sus tiempos de descanso, para contribuir a reordenar el desaguisado de una programación excesivamente ambiciosa en rutas y vuelos que ha derivado en un tremendo caos.
Y es que todos, desde abajo hasta arriba en Vueling, están volcados en tratar de sobreponerse y restablecer la normalidad. El sindicato de pilotos Sepla arrima el ascua a su sardina y recuerda que a principios de junio había alertado de que la aerolínea no tenía los recursos humanos y técnicos necesarios para cubrir la programación de verano. Llueven las reclamaciones contra la compañía y llegan noticias de malos tratos y ofensas por parte de pasajeros indignados contra el personal de tierra, que ninguna responsabilidad tienen y les ha tocado comerse semejante marrón.
Foto: Alef12