El primero de los nueve buques monocascos híbridos de alta velocidad contratados por la compañía italiana Liberty Lines con el grupo Astilleros Armón, se encuentra a flote desde primera hora de la mañana del pasado lunes 4 de diciembre, en que se procedió a su botadura en el astillero de Burela (Lugo), informa la naviera con sede en Trapani.
Después de la bendición por el párroco de la ciudad, la madrina Katia Riggio, en presencia de José Ramón Fernández y Laudelino Alperi, presidente y consejero delegado del Grupo Armón, estrelló una botella de champaña contra la proa del nuevo buque, que ostenta el nombre de “Vittorio Morace”, fundador y primer presidente de la compañía, fallecido en 2022 y se deslizó suavemente por la grada entre los aplausos y la emoción de los asistentes.
La representación de Liberty Lines estuvo formada por el CEO Gennaro Cotella y una representación de la familia Morace (Gabriele, Alessandro, Vittorio y Ferdinando), así como Gianluca Morra y Lorenzo Dalla Vecchia, además de la madrina Katia Riggio.
Tras su puesta a flote, el buque “Vittorio Morace” fue remolcado hasta el muelle de armamento, donde continuarán los trabajos hasta el inicio de las pruebas de mar, previstas para principios de marzo de 2024. La previsión es que el nuevo buque entre en servicio en abril del próximo año, tras su presentación oficial en el puerto de Palermo.
En abril de 2022, Liberty Lines informó de la firma de un macrocontrato con Astilleros Armón para la construcción de nueve fast ferris, que serán los primeros monocascos híbridos del mundo propulsados por motores de bajas emisiones y dotados de un sistema de baterías de última generación.
Las nuevas construcciones serán entregadas entre 2023 y 2026. En la actualidad, Astilleros Armón trabaja a pleno rendimiento en los cinco primeros, de modo que el astillero de Burela está íntegramente dedicado a cumplir los plazos contractuales del contrato de Liberty Lines.
El proyecto de los nuevos buques monocasco de casco de aluminio ha sido diseñado entre las oficinas técnicas de Liberty Lines, Astilleros Armón, Rolls-Royce, RINA y el estudio de ingeniería naval australiano Incat Crowther.
Este nuevo contrato representa la voluntad de Liberty Lines “de invertir en la renovación de la flota en clave sostenible a pesar del período de incertidumbre del mercado. Una inversión coherente con la misión de la compañía que pretende ofrecer servicios de alta calidad a los pasajeros y reducir al mínimo el impacto ambiental hacia un futuro de cero emisiones”.
Los nuevos buques serán los primeros en obtener la clasificación RINA Green Plus. Estarán equipados con un sistema de propulsión integrado que incluye motores MTU Serie 16V4000M65L de Rolls-Royce, que suministrarán tanto propulsión convencional como eléctrica, lo cual permitirá maniobrar en los puertos con cero emisiones, ya que los barcos podrán navegar a una velocidad de ocho nudos en modo totalmente eléctrico y 30 nudos en modo crucero. Además, los nuevos motores estarán preparados para el consumo de hidrógeno en el futuro.
Gennaro Cotella, CEO de Liberty Lines, afirma que “nuestra empresa se adelanta a los nuevos tiempos, extendiendo sus inversiones económicas hasta 2030 a nuevos objetivos importantes, tanto para acelerar la transición a los viajes a cero emisiones como para brindar servicios de la mejor calidad. El diseño híbrido de estos flamantes buques permitirá superar los estándares actuales que impone la normativa de emisiones en el mar”.
Un visionario llamado Vittorio Morace
Resulta difícil resumir la vida apasionante de Vittorio Morace (1941-2020), un hombre audaz y visionario –a quien conocimos en 1979–, espontáneo y extrovertido, italiano del sur de pura cepa, que forma parte de la Marina Mercante española desde comienzos de la década de los años ochenta, cuando fundó la sociedad Alisur y de mucho tiempo antes de la Marina Mercante de su país natal.
Primero en Málaga y después en Canarias, trajo la alta velocidad en forma de dos catamaranes noruegos, “Alisur Azul” y “Alisur Amarillo”, que fueron los primeros que tuvieron continuidad en el tiempo en el archipiélago. En su condición de visionario, Alisur abrió la línea entre Playa Blanca y Corralejo, convertida desde hace años en una de las rutas de mayor éxito de Canarias y le dio la vuelta a un barco llamado “Alisur Blanco”, con el que, bajo su mando, en una decisión altamente arriesgada posicionó entre Líbano y Chipre en pleno conflicto y abrió un “puente marítimo” que se convirtió en una poderosa máquina de hacer dinero.
Capitán de la Marina Mercante, Morace inició joven su actividad como armador con un barco de carga, un antiguo Liberty de la Segunda Guerra Mundial, aunque su pasión siempre estuvo en las embarcaciones rápidas, de modo que el desarrollo que la industria naval italiana ha tenido en este sector no puede entenderse sin la presencia continuada de Vittorio Morace.
Morace dirigió la compañía AliLauro SpA di Navigazione y cuando llegó a España tuvo claro que las embarcaciones rápidas estaban llamadas a jugar un papel importante en un territorio como Canarias: Tenerife-Las Palmas con el catamarán “Alisur Azul” y Los Cristianos-La Gomera con el catamarán “Alisur Amarillo”. Luego reorganizó el servicio y posicionó ambos buques rápidos entre Lanzarote y Fuerteventura. Cuando llegó la crisis los cambió por dos barcos que permitían llevar coches: “Isla de Arosa III” y “Yaiza” –incluso proyectó un buque de nueva construcción que se llamaría “Alisur Lanzarote”– y como el negocio marítimo tiene sus inflexiones y oportunidades, en 1992 vendió Alisur a Fred. Olsen.
En la década de los noventa, Carlo Rodriquez –figura destacadísima de la industria naval italiana– llamó a Vittorio Morace para que dirigiera SNAV, empresa naviera que comenzó entonces una etapa de gran expansión, ampliando sus conexiones desde Egipto hasta Dinamarca.
A finales de la década de los noventa refundó Liberty Lines, sucesora de Ustica Lines, sociedad que en la actualidad figura entre las primeras navieras del mundo en número de embarcaciones de alta velocidad –entre ellos algunos de los hidro-foil construidos por Rodriquez que tuvo Trasmediterránea en Canarias– y que renovará una parte de su flota con buques innovadores construidos en Astilleros Armón.
Y siempre pensando en Canarias –una parte de su familia vive en Lanzarote– y en su creencia en la importancia que tienen las embarcaciones rápidas, el patriarca de los Morace también tuvo un papel destacado en la sociedad Garajonay Express, que enlazó Valle Gran Rey, San Sebastián de La Gomera y Los Cristianos.
En sus últimos años, Vittorio Morace vivía a caballo entre Italia y España y afianzó una gran pasión por el fútbol, como se demuestra en su etapa en la presidencia del Trapani Calcio, que lo condujo a sus más altas cotas de popularidad. El patriarca levantaba pasiones por su forma de hacer y entender las cosas, como se puede apreciar en la prensa deportiva italiana y entendía la vida de manera sencilla y práctica, cercana y amable, cuatro de sus condiciones como persona. Razones poderosas, como puede apreciarse, para que el primero de los buques de nueva generación que continúa su estela lleve su nombre.
Fotos: cedidas para puentedemando.com