Del país de Finlandia

Villa Mairea, un icono de la arquitectura de Finlandia

Villa Mairea es uno de los hitos e iconos más destacados de la primera etapa de Aino y Alvar Aalto. Aunque tradicionalmente se le ha asignado la autoría de este interesante y vanguardista proyecto al genial arquitecto finlandés, en los trabajos del despacho de arquitectura aparece la firma de ambos, que eran matrimonio desde 1924.

Se trata de una residencia de verano construida en Noormarkku por encargo del empresario maderero Harry Gullichsen y su esposa, la pintora Maire Ahlström, “unos curiosos personajes, millonarios al tiempo que progresistas y partidarios de avanzadas utopías sociales”.[1] Ambos habían conocido a Aino y Alvar Aalto en 1935 –etapa en la que apreciaron los rasgos experimentales de su vivienda en Munkkiniemi– y gestionaron la fundación de una galería de arte de vanguardia que acabaría transformándose en Artek, una firma mundialmente conocida por su diseño y producción de muebles y vasos de cristal, que dirigiría Aino hasta su fallecimiento en 1949.

En el transcurso de 1936 Aino Aalto diseñó los interiores de la casa Gullichsen en Helsinki y en ese mismo año recibieron el encargo del proyecto de la residencia de Noormarkku, que habría de incluir, además, la condición de galería para albergar a una de las mayores y más importantes colecciones privadas de arte contemporáneo de Finlandia, más las obras de Maire Ahlström y la propia residencia veraniega, convertida en identitaria del compromiso con la naturaleza y la cultura de Finlandia.

Proyectada entre 1937 y 1938 y terminada en agosto de 1939, Villa Mairea está situada en lo alto de una colina y rodeada de un bosque de pinos de la región occidental de Finlandia, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Pori. “Un paraje de un verde uniforme donde reina una gran calma. A través de los árboles, se abre un claro sobre un río. Un aserradero permanece como vestigio de la primitiva industria de este país nórdico”, escribe Karl Fleig.[2]

La primera propuesta, presentada a finales de 1937, no convenció a sus clientes, pese a que le habían dado plena libertad, quizás debido a su excesivo carácter vernáculo, de modo que en la siguiente, presentada en abril de 1938 –y que Goran Schildt denomina ‘proto-Mairea’, pues queda atrás la separación entre casa y galería y evoluciona a una idea espacial–, en la que Aalto muestra influencias de la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, agradó a sus comitentes. Sin embargo, Aino y Alvar Aalto no quedaron convencidos, pues mientras la cimentación del edificio avanzaba, introdujeron cambios hacia una solución más satisfactoria en el carácter definitivo del proyecto, que el arquitecto Kristian Gullichsen, hijo del matrimonio y discípulo de Aalto, catalogaría de “híbrido del cubismo francés y de las costumbres locales de los habitantes del bosque”.

Villa Mairea se organiza en un gran espacio que comprende el salón, la biblioteca y el invernadero y donde se combinan las diferentes relaciones físicas y visuales de cada una de las estancias con el exterior. Una marquesina antecede el acceso al vestíbulo y “actúa como un sutil mecanismo que dirige las circulaciones diagonalmente hacia el salón, rompiendo el eje que se prolonga hacia el comedor. Todos los espacios servidores se localizan en un paralelepípedo compacto situado al otro lado del vestíbulo. La planta superior corresponde a los dormitorios y el estudio. A partir de este esquema, se van superponiendo las diversas escalas de tratamiento, añadiendo niveles de complejidad y riqueza, en un proceso similar al de creación de un collage tridimensional”.[3]

Anton Capitel dice que Villa Mairea “es una atractiva obra, arquetipo de modernidad y una realización extremadamente compleja, mezclándose en ella muy diversos componentes, entre los que están presentes los tradicionales o, si se prefiere, los vernáculos”.[4]

Villa Mairea es una obra moderna, experimental, en armonía con el paisaje y la tradición, inconfundiblemente finlandesa, en la que Aalto consiguió satisfacer con notable brillantez el deseo de sus clientes. Es un collage fruto de una composición sin precedentes en la que columnas de elegantes líneas marcan la frontera con toscas escaleras de piedra, techos de hierba descansan en vigas de hormigón, troncos desnudos flotan sobre postes de acero y tejas dispuestas de modo paralelo aparecen detrás de un revestimiento de teca.

Villa Mairea contiene evocaciones de la arquitectura funcionalista, del periodo Edo japonés, de las granjas finlandesas, de las iglesias medievales y del mundo de Hollywood, como se aprecia en la sauna, que tiene una piscina de forma de alubia con reminiscencias de California. Los estudiosos comparten la idea de que la innovación más radical se encuentra en el interior, donde Aalto visualiza una abstracción del bosque finlandés, como se aprecia en las columnas de acero negro envueltas en rattán, los revestimientos con tiras de abedul, los postes que sustentan la escalera, todo ello en un ambiente rodeado de árboles. El ambiente interior es de una gran riqueza y sencillez, al mismo tiempo.

Desde 1980 existe una fundación que gestiona Villa Mairea. Es visitable en verano tanto individualmente como en grupos, de martes a sábados, con un máximo de 15 personas, siendo recomendable hacer una reserva con antelación mediante correo electrónico. Las visitas en invierno son posibles, aunque tienen carácter excepcional. El piso superior de considera de uso privado y no se puede acceder. No se permite hacer fotos, si no hay permiso previo. El precio unitario es de 30 euros para un adulto, 25 euros para tercera edad y 20 euros entre 7 y 15 años.

Aino y Alvar Aalto

Notas

[1] Capitel, Antón. Alvar Aalto. Proyecto y método, p. 94. Akal Arquitectura, Madrid.

[2] Fleig, Karl (1989). Alvar Aalto, p. 209. Editorial Gustavo Gili, Barcelona.

[3] AA.VV. “Alvar Aalto”. Monografías 66, pp. 46-54, disponible en arquitecturaviva.com.

[4] Capitel, ibídem.

Bibliografía:

Capitel, Antón (2004). Alvar Aalto, Ediciones Akal, Madrid.

Fleig, Karl (1989). Alvar Aalto. Editorial Gustavo Gili, Barcelona.

Lathi, Louna (2004). Aalto. Taschen, Alemania.

Schildt, Goran (1997). Alvar Aalto, de palabra y por escrito. El croquis editorial, Madrid.

Fotos: Mark Trueman (Trueman Design Studio, archeves.com)Ninara, Mikkoau, Frans Drewniak, J-P. Kärnä y Son Lindman (interiores, archeyes.com)

(*) Cónsul (H) de la República de Finlandia en Canarias

Anterior

El mundo de la Aduana centra el interés del IV Desayuno ACOESTE

Siguiente

Notable descenso de dióxido de azufre del volcán Tajogaite

Sin comentario

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *