En las afueras de Helsinki encontramos interesantes ejemplos de la arquitectura romántica y entre ellos uno llamado “Villa Angélica”. Se trata de una casona construida enteramente en madera, francamente muy bonita y bien conservada, algo recargada en el mobiliario de época repartido en sus distintas estancias, pero en todo caso muy recomendable y poseedora de una atractiva belleza estética.
Tiene más de un siglo, pues data de 1901. Está situada muy cerca del puente Seurasaaren y de Tamminiemi, la que fue durante cuatro décadas la residencia oficial del presidente de la República y convertida desde 1987 en el museo de Urho Kaleva Kekkonen. El entorno está lleno de paz y tranquilidad, con unos jardines bien cuidados, que son especialmente bonitos en primavera y verano.
Quienes gestionan “Villa Angélica” ofrecen tés exóticos, cafés y pasteles caseros, aunque es posible encontrar ejemplos de la repostería de otras culturas. La casona es un claro referente en invierno, mientras que en verano mantiene un horario más irregular y siempre en autoservicio. En todo caso, acercarse a esta villa de comienzos del siglo XX es una forma de sumergirse en el modo de vida de la alta burguesía en tiempos del Gran Ducado de Finlandia.
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo