Varada del veterano “Islas Dos” en Repnaval Zamakona

Desde finales de los años sesenta del siglo XX, el “boom” de la construcción hotelera y de obras públicas en Canarias determinó la presencia asidua de buques cementeros, que cargaban en los puertos de Arguineguín y Santa Cruz de Tenerife, donde existen fábricas especializadas que utilizan puzolanas volcánicas y “clínker” importado de la Península. En otras ocasiones los cargamentos procedían de la Península e incluso de otros puertos europeos.
Una de las empresas establecidas en Canarias, Cementos Especiales de las Islas (Grupo CEISA), vinculada a las empresas cementeras de Asturias, ordenó la construcción de dos buques llamados “Islas Uno” e “Islas Dos”, sumándose así al desarrollo de la época.
Ambos buques fueron construidos en la factoría Cantábrico de Astilleros del Cantábrico y Riera, en Gijón y entraron en servicio en noviembre de 1972 y mayo de 1975, respectivamente. El primero fue desguazado en Maliaño (Santander), a donde arribó el 14 de septiembre de 2009. En el plazo de dos meses, un grupo de quince operarios lo habían desmantelado por completo.
El segundo sigue a flote y está pasando su varada en las instalaciones de Repnaval Zamakona, en Las Palmas de Gran Canaria. A su lado vemos al buque frigorífico “Dubreka” (IMO 8020424), que tiene cuarenta años justos de vida marinera. Ha cambiado varias veces de nombre –se estrenó en 1982 como “Klipper”– y es el típico “reefer” de construcción holandesa.
De 2.988 toneladas brutas, 1.544 toneladas netas y 5.440 toneladas de peso muerto, mide 108,57 m de eslora total –99 m de eslora entre perpendiculares–, 15,93 m de manga, 8,16 m de puntal y 6,64 m de calado máximo.
Como todos los buques de su clase, se trata de un ementero autodescargante, con cuatro bodegas y una capacidad de carga de 5.522 metros cúbicos. Está propulsado por un motor Deutz –fabricado, bajo licencia, en los talleres de Hijos de J. Barreras, en Vigo-, de 4.000 caballos de potencia sobre un eje y una velocidad de 14 nudos. Código IMO 7391783.
Desde su puesta en servicio figuró inscrito en la matrícula naval de Gijón y tras la creación del Segundo Registro de Canarias pasó a la matrícula naval de Las Palmas de Gran Canaria. De su explotación técnica se ocupaba entonces el Grupo Alvargonzález, con sedes en Madrid y Gijón. Desde 2013 es propiedad de Arabella Enterprise, sociedad panameña con base operativa en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y tiene tripulación cubana.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo
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