A la historia de CEPSA y del suministro de combustible a flote en los puertos de Algeciras, Ceuta, Huelva, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria pertenece la gabarra “Guadarranque”, que estuvo en servicio entre 1967 y 1980, en que se vendió a CIRESA Bunker, etapa en la que continuó trabajando por cuenta de la citada petrolera española.
Este buque tiene un origen curioso. La sección de popa pertenecía a la barcaza tipo LCT “Cepsa Tercero”, que adquirió CEPSA a comienzos de la década de los sesenta para el transporte de material cuando las prospecciones petrolíferas en el Sahara español. Etapa en la que estuvo al mando, durante bastante tiempo, del capitán Miguel Ángel Hernández Gómez, de origen palmero y más tarde práctico del puerto de Santa Cruz de Tenerife.
La citada barcaza, construida en 1944 en Inglaterra, participó en las operaciones del Día D del desembarco en Normandía y después de la guerra quedó amarrada hasta que llegó a manos de CEPSA. Cuando pasó la fiebre de las cuadriculas del desierto, permaneció amarrada en Santa cruz de Tenerife, hasta que CEPSA tomó la decisión de aprovechar la sección de popa —propulsión y parte de la habilitación— para acoplarla a la sección de carga, de nueva construcción, que tomó forma en el astillero Nuevo Vulcano de Barcelona.
Recordamos cuando volvió al puerto de Santa Cruz de Tenerife en 1982 tras la estela del remolcador “Algeciras”, de CIRESA. Durante un tiempo estuvo alternando con operaciones de suministro en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y después volvió a Algeciras y Huelva, entonces por cuenta de CIRESA Bunker, donde se vendió a Gabrielitos. Sabemos que viajó al Golfo de Guinea y ahí le perdimos la pista, por lo que si alguno de nuestros amables lectores nos puede aportar información al respecto, será bien recibida.
De 629 toneladas brutas y 790 toneladas de peso muerto, medía 58 m de eslora, 9 m de manga y 3 m de calado. Estaba propulsada por dos motores Davy Paxman, con una potencia de 800 caballos, que le permitía mantener una velocidad de 9 nudos.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo