Un viaje a Baleares nos ha brindado la oportunidad de estrenar el nuevo catamarán “Eleanor Roosevelt” en la línea Palma-Ibiza-Palma. Un trayecto agradable y con buen tiempo a bordo de un buque de alta velocidad que marca un hito en la historia de la construcción naval española y de Balearia, que ha hecho una apuesta importante para consolidar su posicionamiento en una línea que ha consolidado su proyección como es Denia-Ibiza-Palma. Buena ocupación, por cierto, en el tramo en el que viajamos, con una mayoría de pasajeros respetuosos con las normas sanitarias y una tripulación pendiente de su trabajo.
Acostumbrados a la distribución interior de los catamaranes y trimaranes de construcción australiana que hemos conocido, Balearia ha adoptado un esquema diferenciado, en el que introduce algunas novedades, caso de dos tipos de acomodación en el bloque central –el más económico agrupado sobre una tarima– y dos salones adicionales a popa, más uno a proa de categoría superior, así como un mostrador blanco impoluto para conexión y trabajo con ordenadores portátiles contiguo a la cafetería, que ofrece también una disposición innovadora.
Otra cafetería interior en el último tercio de la eslora dispone de servicio de mesas con dos asientos cada una, más la recepción y un coqueto jardín infantil. La terraza exterior resulta muy atractiva, realzada por una antigua furgoneta Mercedes que hace de bar y le da un cierto aire retro. En el caso del tramo Palma-Ibiza-Palma, el embarque se hace a través de la cubierta alta del garaje –a popa babor está el área de mascotas– y por medio de una escalera mecánica interior se accede a los salones de butacas, separados en el caso de las filas de a cuatro por una mampara de metacrilato de dos en dos.
El catamarán, que está recién estrenado, tiene una estética visual funcional y atractiva. Dispone de una plataforma gratuita de entretenimiento digital, videovigilancia de las mascotas y conexión a internet. En el tramo en el que viajamos, Palma-Ibiza-Palma, el buque salió exquisitamente puntual, incluso con unos minutos de antelación respecto de la hora oficial. Dos horas y diez minutos en el viaje de ida –diez minutos más que el catamarán “Cecilia Payne”, según nos dicen los entendidos– y dos horas y veinte minutos en el viaje de regreso, lo cual, unido a los controles sanitarios de acceso a la terminal, hicieron que saliéramos de la terminal de Palma a las 22,50 h. Como no había taxis disponibles, hubo que llegar caminando hasta el hotel, en un paseo de 30 minutos por la avenida marítima de la ciudad de Palma.
El catamarán “Eleanor Roosevelt” ha supuesto una inversión de 90 millones de euros y tiene capacidad para 1.200 pasajeros y 450 vehículos. Mantiene una velocidad de 36 nudos, que es un buen registro para un buque de este tipo. Se trata del séptimo buque de Balearia propulsado por motores duales, que le permite emplear gas natural licuado en los tramos de mayor recorrido y gasoil en las maniobras en puerto.
Nos dicen que Astilleros Armón, donde ha sido construido, confía en poder firmar al menos otros cinco contratos de este tipo de buques, aunque condicionado, entre otros factores, a la evolución del flamante “Eleanor Roosevelt”, que suele tener dificultades en las maniobras cuando sopla el viento y precisa de remolcadores. Razón por la cual los técnicos se están planteando algunas opciones que resuelvan en lo posible este tipo de inconvenientes. En resumen, el nuevo buque nos ha causado una impresión muy grata y, como hemos dicho al principio, sin duda marca un hito en la historia de las comunicaciones marítimas españolas.
Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo