La cadena Yle ha publicado hoy una información acerca de una idea que, aunque no es nueva en Finlandia, cada vez tiene más adeptos. ¿Un túnel Helsinki-Tallin? Parece factible y se estima que tendría un tránsito anual de once millones de pasajeros, su construcción costaría entre nueve y trece mil millones de euros y, puestos a calcular, el coste del billete en tren sería de unos 36 euros por trayecto. La duración del viaje se estima en 30 minutos, frente a las dos horas actuales en ferry.
Técnicos de los dos países estudian las posibles alternativas de transporte entre ambas capitales y se ha firmado un acuerdo de cooperación para determinar la viabilidad de la idea. La Unión Europea podría contribuir con el 40% del coste, cantidad que se considera escasa teniendo en cuenta la aportación que la UE ha hecho al proyecto Rail Baltica, del 85%. En opinión de Tiina Haapasalo, asesora principal en materia de transportes de la Confederación de Industriales de Finlandia, la financiación comunitaria debería alcanzar como mínimo el 50%.
El informe preliminar señala que la línea ferroviaria enlazaría las estaciones de Pasila, en Helsinki y Ülemiste, en Tallin, en un recorrido de 80 kilómetros. La excavación del túnel, mediante una taladradora gigante, requeriría una inversión estimada de tres billones de euros. Una cantidad similar estaría destinada a los sistemas técnicos y de seguridad. Un billón de euros sería para los trenes y entre uno y tres billones más para imprevistos que no paralicen el desarrollo del proyecto.
El ancho de la vía del tren tendría que adoptar la normativa europea y enlazaría con Rail Baltica a través de Polonia y Europa central. En la actualidad, más de ocho millones de pasajeros viajan cada año en la línea Helsinki-Tallin. Se calcula que unos 60.000 estonios trabajan en Finlandia, la mayor parte de los cuales podrían viajar a sus casas los fines de semana. Los estudios preliminares consideran que con una duración de 30 minutos, unas 25.000 personas podrían moverse entre ambas capitales cada día.
También está el transporte de carga, aunque la mayor parte seguiría moviéndose en barco. En la zona operan los mayores ferries del mundo y las navieras nórdicas son especialistas en la logística intermodal. El tráfico de fines de semana mantendría su protagonismo, pues a bordo funcionan las tiendas libres de impuestos. En el caso de que se avance en el proyecto, se baraja como posible fecha la década de 2030 y no sería de descartar que las navieras se hicieran cargo de las operaciones ferroviarias.
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