Un tercer operador, nacional o europeo del Mediterráneo, tantea la posibilidad de entrar en las líneas de Baleares. Aunque en el pasado ha habido otros intentos, sabemos que recientemente se ha producido un encuentro de alto nivel en la sede de la Autoridad Portuaria de Palma, a la que asistieron representantes de una naviera que ha mostrado interés por entrar en el mercado, en especial en las líneas Palma-Barcelona y Palma-Valencia.
El mutismo oficial es total, pero caben algunas consideraciones. En el caso de Naviera Armas, el encargo de un ferry de 182 m de eslora –que pueden ser dos– no parece que sea para los servicios interinsulares de Canarias, donde la flota actual tiene una media de edad todavía joven y están suficientemente cubiertos. Los buques de Trasmediterránea y Balearia que operan en Baleares rondan esas dimensiones e incluso algunos la superan.
Es comprensible pensar, además, que no deben estar muy contentos en Naviera Armas con el desembarco de Balearia en la línea Motril-Melilla, que ha sido una apuesta de la compañía canaria en la que ha conseguido una notable implantación. ¿Planea Armas el desembarco en Baleares?. En su día aprovechó la debilidad que tenía Trasmediterránea –el panorama ha cambiado en la naviera centenaria–, pero no había tenido competencia directa de Balearia y ya la tiene. Sólo falta que ésta tiente la suerte y desembarque también en Canarias, lo que no es tan fácil.
También hemos detectado movimientos de algún naviero italiano de peso, que no está dispuesto a que entren otros competidores en un mercado en el que sólo o acompañado puede jugar un papel determinante. Tiene acreditada experiencia, fortaleza financiera y una flota poderosa. El desembarco de Attica Group en el consorcio marroquí AML ha puesto en guardia a los operadores nacionales, pues ya se sabe cómo con los griegos en esto del negocio marítimo. Al tiempo.
Foto: Alfredo Campos Brandón (alfysumundonaval.com)