A la historia de la industria aeronáutica protagonizada por Francia en la década de los años setenta pertenece el avión birreactor Dassault Mercure, construido por la compañía Dassault Aviation con el apoyo financiero del gobierno galo. Un proyecto que nació para competir con el Boeing B-737, con el que tiene un extraordinario parecido exterior, pero que no tuvo éxito, entre otras razones por su escasa autonomía de 1.700 kilómetros y las consecuencias de la crisis del petróleo.
Este modelo estuvo en producción entre 1971 y 1975 y solo se fabricaron doce unidades, diez de los cuales volaron para la aerolínea francesa Air Inter, a la que se sumaría el segundo prototipo. El primero realizó su primer vuelo el 28 de mayo de 1971 y el último avión fue retirado en abril de 1995. Este modelo de Dassault era más veloz y disponía de 140 asientos, frente a los cien del B-737 serie -100 y 115 del B-737 serie -200, entonces en producción
A pesar de su escaso impacto, pues se habían previsto unas ventas de 300 unidades, en realidad fue un buen avión, que sumó en total unas 360.000 horas de vuelo y transportó a 44 millones de pasajeros en 440.000 vuelos, sin que se registraran accidentes y con una fiabilidad del 98% en su servicio.
Foto: Eduard Marmet