El aeropuerto de La Palma ha recibido hoy un visitante inusual: un avión Antonov An-12BK, propiedad de Air Alliance Airlines (UR-CGV), fletado por la productora Netflix en relación con el rodaje de la serie “El Brujo” (“The witcher”). Unas 250 personas han sido contratadas en la isla como figurantes y ayudantes de la producción. El traslado del equipo de grabación ha sido bastante numeroso, por lo que una parte saldrá de la isla a bordo de este veterano que tiene 53 años de vida aeronáutica.
Entrado en años y ruidoso, el avión Antonov An-12 es el exponente de un modelo de éxito de la industria aeronáutica de la extinta URSS. Se trata de un transporte cuatrimotor con una capacidad de carga de 18 toneladas que en sus orígenes se diseñó para operaciones militares con la finalidad de desplazar cargas pesadas y paracaidistas –de ahí el morro acristalado para un observador y navegante– y también se fabricó como avión comercial de carga y pasajeros.
El primero entró en servicio desde 1959, casi dos años después de su primer vuelo, en diciembre de 1957. Hasta 1973, en que se cerró la cadena de producción, se fabricaron un total de 1.248 unidades. Es un avión presurizado y preparado para operar en pistas de tierra, nieve o hielo y está dotado de una compuerta en la parte trasera, de ahí su especial protagonismo en los países del Tercer Mundo. Es frecuente verlo en los aeropuertos de Gran Canaria y Tenerife, pero infrecuente en La Palma, donde lo ha fotografiado nuestro estimado amigo y colaborador Alberto Pérez Fernández.
El avión es un desarrollo posterior del Antonov An-10, con el que tiene un gran parecido. Durante años fue la columna vertebral de transporte de la Fuerza Aérea de la URSS hasta que entró en servicio el avión Ilyushin Il-76. Ello no supuso su retirada, sino su reutilización en otras misiones, caso del transporte y lanzamiento de las fuerzas aerotransportadas. Razón por la cual el historial del avión es importante y su presencia está constatada en diversas misiones, entre ellas el envío de fuerzas a Cuba cuando la crisis de los misiles en 1962.
Está propulsado por cuatro motores Ivchenko AI-20 de cuatro palas cada uno, con una potencia unitaria de 4.000 caballos, alojados en las góndolas del ala, que está convenientemente reforzada para soportar el peso de cada motor. El avión se ha demostrado muy fiable, capaz de operar en condiciones extremas tanto de frío como de calor, sin que se vea mermado en su rendimiento, de ahí su éxito después de algo más de medio siglo de existencia. Además de su producción en tres fábricas de la antigua URSS (Irkutsk, Voronezh y Tashkent) también existe una versión china denominada Shaanxi Y-8.
Fotos: Alberto Pérez Fernández