Este es el aspecto que presenta el avión Douglas DC-3 que forma parte del Aeromuseo de Málaga, proyecto en el que en su día Luis Utrilla Navarro y Joaquín de Carranza pusieron especial empeño, junto a un grupo de entusiastas colaboradores. Llegó a su actual destino en julio de 2003, después de que fuera recuperado dos años antes en el aeropuerto de Zaragoza –donde estaba abandonado desde hacía 25 años–, siendo desmontado y transportado por carretera en varios viajes. La paciencia y el conocimiento de manos expertas consiguieron que recobrara su aspecto, utilizando para ello piezas hechas a mano y otras procedentes de aviones similares.
Está pintado con la famosa librea del “rayo rojo” de Iberia que estuvo vigente desde mediados de la década de los años cincuenta hasta 1977 y le han asignado la matrícula EC-ABC, que no corresponde a este avión. Quien la llevó en realidad en el registro de aeronaves español se perdió el 29 de abril de 1959 en trágico accidente en el Pico del Telégrafo (Cuenca), cuando hacía un vuelo regular en la línea Barcelona-Madrid. Entre las víctimas del accidente figuraba el famoso gimnasta Joaquín Blume, campeón olímpico europeo, una de las glorias que ha dado el deporte español, que se disponía a viajar para realizar una exhibición en Las Palmas de Gran Canaria.
El último propietario en vida del avión que nos ocupa fue la Compañía Aerotransportes de España y tuvo la matrícula EC-CPO. El 19 de agosto de 1978 aterrizó por última vez en el aeropuerto de Zaragoza, precisa Manuel Llama. Se trata, en realidad, de un avión C-47B Skytrain, número de serie 34361, que comenzó su vida aeronáutica en 1945 al servicio de la USAAF (45-1091). En tiempos de paz llegó al Ejército del Aire español (T3.50) y cuando los DC-3 “cigarrones” causaron baja, el que nos ocupa siguió volando unos años más como avión carguero.
El avión Douglas DC-3 está situado en las instalaciones de la antigua terminal de El Rompedizo. En el edificio terminal hay un museo con un montón de piezas que Luis Utrilla y su equipo fueron recopilando a lo largo de los años. Tuvimos ocasión de visitarlo durante nuestra etapa en Iberia y hemos de destacar el trabajo realizado, minucioso y exquisito. Un grupo de seis estudiantes de la primera promoción de ensamblaje de aviones tuvo a su cargo la responsabilidad de montar de nuevo el histórico avión. El proyecto ha tenido apoyo de la Junta de Andalucía y el Aeromuseo de Málaga ha contado con la ayuda desinteresada de otros colectivos, de modo que entre todos han conseguido darle el aspecto que el amigo Salvador de la Rubia ha captado con su cámara.
Foto: Salvador de la Rubia