El mundo de la aviación

Un avión de Iberia en homenaje al parque nacional de Ordesa

Uno de los aviones emblemáticos de la historia contemporánea de la gran Iberia fue el Airbus A300, con el que la entonces compañía española de bandera estrenó la década de los años ochenta. El primer grupo fueron seis aviones que se incorporaron entre marzo de 1981 y febrero de 1982, fecha en la que se recibió el sexto avión A300 B4-120 que vemos en la foto, número de serie 170, matrícula EC-DNR.

Recibió el nombre de “Ordesa”, en homenaje al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, situado en el Pirineo oscense, que ocupa íntegramente la comarca del Sobarbe, en Aragón. Se trata del segundo parque nacional más antiguo de España, tras su declaración el 16 de agosto de 1918 con el nombre de Valle de Ordesa. Ocupa una superficie estimada de 15.608 hectáreas, repartida entre los municipios de Broto, Bielsa, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Torla-Ordesa.

La flota A300 de Iberia forma parte indisoluble de las comunicaciones aéreas entre Madrid y Canarias, donde cosechó un éxito extraordinario, como también en Málaga-Londres y Madrid-Londres, entre otras líneas de especial demanda. Era un avión muy apreciado por los pasajeros y sus tripulaciones: cómodo, amplio y todo un símbolo de la industria aeronáutica europea representada por el consorcio Airbus.

Tras su retirada permanecieron largo tiempo aparcados en el aeropuerto de Valencia, después de que hubieran sido estacionados en la plataforma de La Muñoza. El avión que nos ocupa aterrizó en su último aeropuerto de destino en enero de 2003 y finalmente sería desguazado en julio de 2017. Con él se cerró un ciclo, pues se trataba del primer avión de alcance medio con fuselaje ancho, con capacidad máxima para 255 pasajeros y una gran capacidad de carga. Todo un hito en la historia de Iberia.

Foto: Kerry Taylor

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