El mundo de la aviación

Un avión Antonov An-74 “Cheburashka” en Girona

La reciente escala de un avión Antonov An-74 de la compañía ucraniana Antonov Airlines (UR-74010) en el aeropuerto de Girona, nos permite apreciar la llamativa apariencia de este modelo por la peculiar disposición de los motores, como podemos observar en la fotografía del spotter Joan Carles Lacruz, que lo captó en corta final y aterrizaje en la pista gerundense.

La característica más interesante es la aplicación del concepto Upper-Surface Blowing (USB) o soplado sobre el extradós, en el que el chorro generado por los motores turbofán de alta relación de derivación se dirige por medio de unos flaps de borde de fuga de diseño especial, que canalizan eventualmente el empuje del reactor hacia abajo en lo que se conoce como efecto Coanda. La aplicación de este principio exige ubicar los motores por encima y delante de las alas, muy próximos al fuselaje, para reducir en lo posible problemas de asimetría.

Se trata de una evolución del modelo Antonov An-72, proyectado como transporte táctico con capacidad STOL, aunque también se ha fabricado en versiones comerciales. Propulsado por dos motores Lotarev D-36, a velocidad de crucero de 550 km/h le permite una autonomía de 4.325 kilómetros. Entre sus cualidades, está capacitado para operar en condiciones difíciles en regiones polares.

El proyecto Antonov An-72 corresponde al primer avión reactor del fabricante aeronáutico Antonov, con sede en Ucrania. Nació en tiempos de la Unión Soviética y el 22 de diciembre de 1977 voló por primera vez. El modelo Antonov An-74 realizó su primer vuelo en noviembre de 1983 y en total se han fabricado 81 unidades.

Existen varias versiones y tiene cierta similitud con un avión experimental llamado Boeing YC-14. La voz popular rusa lo ha motejado “Cheburashka”, pues recuerda a la caricatura de una osita de dibujos animados muy popular en las historias infantiles de la extinta URSS.

La disposición de los motores produce el denominado efecto Coanda
La disposición de los motores produce el denominado efecto Coanda

Fotos: Joan Carles Lacruz

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