El testimonio de tres policías nacionales de una brigada móvil que viajaba el pasado lunes a bordo del catamarán “Cecilia Payne”, de Balearia, deja en muy mal lugar a la tripulación del buque, pues gracias a su decidida intervención salvaron la vida a una joven granadina de 13 años que se ahogaba asfixiada por el ambiente de fuerte calor debido a una avería del sistema de aire acondicionado. A bordo, 704 pasajeros y una temperatura ambiente de 40 grados en un “completo caos” en el que afirman que «la tripulación desapareció”.
La edición digital del periódico asturiano elcomercio.es recoge el testimonio de uno de los agentes, Chema García, miembro de la comisaría de Oviedo, que manifestó que “una chica empezó a convulsionarse y se tragó la lengua. Dos agentes la tumbaron, la pusieron en posición de seguridad y le sacaron la lengua. Le colocaron la cartera donde llevamos la placa para que le quedara abierta la boca”, evitando con ello que se ahogara.
Cuando el catamarán de Balearia llegó al puerto de Ibiza, escala intermedia en la línea Denia-Ibiza-Palma, hubo pasajeros que quisieron bajarse y la tripulación se lo impidió, mientras embarcaban otros más para continuar viaje. Según el testimonio del citado policía, la situación a bordo se volvió insoportable y fue entonces cuando los pasajeros “intentaron un motín, abrir las puertas”, a pesar del riesgo que ello comporta con el buque en navegación a una velocidad superior a 30 nudos.
En un comunicado tardío, Balearia se ha limitado a lamentar lo ocurrido y dice que devolverá el importe de los billetes, aunque los pasajeros que lo soliciten tendrán que hacerlo a través de correo electrónico. Dice la empresa que la tripulación de cámara les ofreció bebidas y aperitivos, pero según los testimonios de los pasajeros tuvieron que pagar el agua y la tripulación comenzó su venta “solo los últimos 50 minutos del viaje”.
La edición digital del periódico asturiano señala que “los agentes tuvieron que calmar al pasaje, enfrentándose además a la pasividad de los trabajadores del ferry. Por suerte, contaron con la ayuda de dos enfermeras y un médico que viajaban en la nave y de un joven que acababa de aprobar la oposición a Policía Nacional”.
A la llegada del catamarán de Balearia al puerto de Palma, al menos cuatro ambulancias esperaban a pie de muelle y evacuaron a tres pasajeros afectados por golpes de calor, mientras que una cuarta persona se dirigió al hospital por su propio pie. Esperaban también los medios de comunicación, que se han hecho eco del denigrante asunto, de modo que la noticia ha salido en los telediarios nacionales.
Por los testimonios que recoge la prensa balear, algunos pasajeros afirman que “nos han tratado como a animales. Casi nos asfixiamos. Hubo gente que se desmayó por culpa del calor, vómitos y gente que solicitaba ayuda”. Los agentes de Policía Nacional han informado de lo ocurrido al juzgado de Palma y es posible que a los tripulantes se les impute una falta de colaboración. “En vez de colaborar nos pusieron muchos problemas”, concluye el testimonio del policía Chema García.
El personal técnico del catamarán «Cecilia Payne» intentó resolver la avería durante el viaje, pero no lo consiguió con los medios disponibles a bordo. Las redes sociales se han incendiado con este incidente y, entre otros testimonios profesionales, el jefe de máquinas Julio Ugartondo Ventura señala que «por experiencia sé que el aire acondicionado se estropea el día que más calor hace y más pasaje llevas. Es una maldición».
Foto: Alexander Portas (shipspotting.com)