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Trasatlánticos de la emigración: “Surriento” (1949-1966)

A Jerónimo Rodríguez Rosales

En la década de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, el trasatlántico italiano “Surriento” fue uno de los barcos de la emigración más famosos. Recordamos haberlo visto en numerosas ocasiones atracado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, en sus escalas en los viajes de ida y vuelta al puerto de La Guaira. A pesar de sus años de vida marinera y su intenso pasado bélico, como veremos a continuación, este buque competía activamente con los de otras navieras italianas, la portuguesa Compañía Colonial de Navegación y Compañía Trasatlántica Española. 

Este buque había sido construido como “passanger liner” por encargo de la compañía norteamericana Grace Steamship Co. Inc. (Grace Line), con sede en Nueva York y cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX. El contrato de la construcción número 104 fue firmado con el astillero Furness S.S. Co. Ltd., en Haverton Hill (Reino Unido), algo inusual en una compañía norteamericana. El 15 de agosto de 1927 resbaló por la grada bautizado con el nombre de “Santa María” y en abril de 1928 fue entregado a sus armadores y destinado a una línea regular entre Nueva York, América Central y de costa del Pacífico en América del Sur, hasta alcanzar Valparaíso (Chile). 

Estampa marinera del buque “Santa María”, recién entregado a Grace Line
Estampa marinera del buque “Santa María”, recién entregado a Grace Line

Los nuevos buques, que sustituían a otros de su misma contraseña, competían abiertamente con el servicio que ofrecía Pacific Steam Navigation Co. y Chilean Line. Grace Line precisó de autorización gubernativa para construir los nuevos buques fuera de EE.UU., argumentando para ello el cumplimiento de los plazos en el contrato de correo postal. Ambos fueron, en el momento de su puesta en servicio, los mayores buques de su clase que enarbolaron la bandera estadounidense. 

Era un barco elegante, de proa lanzada y popa redonda, con dos chimeneas bien proporcionadas, en un casco de 164,24 m de eslora total -151,80 m de eslora entre perpendiculares-, 21,12 m de manga, 12,24 m de puntal y 7,85 m de calado máximo. Tenía un registro de 10.699 toneladas brutas y estaba propulsado por dos motores Sulzer –fabricados, bajo licencia, por la firma Werkspoor, en Holanda–, con una potencia de 8.000 caballos sobre dos ejes y mantenía una velocidad de 16 nudos. En sus primeros tiempos disponía de alojamiento para 157 pasajeros, todos en primera clase, cifra que poco después fue ampliada a 172 plazas. Tenía un buque gemelo llamado “Santa Bárbara”, construido en el mismo astillero y puesto en servicio en agosto de 1928. 

USS Barnett

Cuando EE.UU. entró en la guerra, este buque fue adquirido el 11 de agosto de 1940 por el U.S. Maritime Commision y fue transformado en transporte militar de la clase McCawley en el astillero Todd, en Hoboken (Nueva York). El 25 de septiembre siguiente entró de nuevo en servicio, con capacidad para 1.300 hombres, pintado con el sayal gris de la guerra y rebautizado “USS Barnett” (AP 11). Para su autodefensa fue artillado con trece cañones de diferentes calibres y asumió el mando el capitán (RN) Lyell S. Pamperin. 

Este buque tuvo una intensa participación en varios escenarios del conflicto. Para no hacerlo excesivamente largo, resumiremos que desde septiembre de 1940 y hasta finales de 1941 participó en numerosos ejercicios anfibios en el área del mar Caribe. En 1942, con la entrada en la guerra del Japón, el buque “USS Barnett” pasó al teatro de operaciones en el Pacífico y formó parte de la fuerza que participó en agosto en la invasión de Guadalcanal. 

Recién transformado en transporte militar (marzo de 1941)
Recién transformado en transporte militar (marzo de 1941)
El buque “USS Barnett”, reclasificado como transporte de ataque
El buque “USS Barnett”, reclasificado como transporte de ataque

En febrero de 1943 fue reclasificado como transporte de ataque y pintó en el costado el numeral APA-5. En el transcurso del citado año intervino en los desembarcos de Sicilia, en julio y Salerno, en septiembre. Precisamente, durante las operaciones del 11 de julio, el buque fue alcanzado en un ataque de fuego enemigo que provocó siete muertos, varios heridos y diversos daños materiales. Reparado a toda prisa, continuó en el servicio activo y en los meses de junio, agosto y septiembre de 1944 participó en los desembarcos de Normandía y sur de Francia. 

Luego cruzó de nuevo el Atlántico y vía canal de Panamá pasó al Pacífico, donde intervino en abril de 1945 en el desembarco de Okinawa y cuando acabó la guerra, recibió órdenes de regresar a EE.UU. evacuando a contingentes de veteranos que habían participado en la guerra en Filipinas. Por su participación en el servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial recibió siete estrellas de combate. Amarrado en la base de Newport (Rhode Island), en mayo de 1946 fue decomisionado y en el mes de julio fue transferido al control del U.S. Maritime Commision. 

Cuando acabó la guerra y comenzaron los grandes desplazamientos migratorios de Europa hacia América y Australia, algunos navieros italianos encontraron los barcos necesarios en el “surplus” de EE.UU. Los excedentes de flota fueron considerables, no sólo de los diferentes tipos militares del esfuerzo bélico –caso de los buques “Liberty”, “Victory”, “Ocean”…–, sino también de antiguos trasatlánticos que habían sido transformados en transportes militares, como en el caso que nos ocupa. 

Los años del “Surriento”

En marzo de 1948 el buque ex “USS Barnett” fue adquirido por Achille Lauro. Tras una primera reforma en el puerto de Baltimore, en el mes de julio siguiente cruzó el Atlántico y a su llegada a Génova fue sometido durante nueve meses a una radical transformación de la que salió reconvertido en buque de pasaje rebautizado con el nuevo nombre de “Surriento”. La capacidad de alojamiento era de 187 pasajeros en primera clase y 868 en clase turista.  

El 22 de mayo de 1949 zarpó de Génova en su primer viaje a Fremantle, Melbourne y Sydney (Australia). En el viaje de regreso, iniciado el 28 de junio, hizo escalas en Singapur y Colombo. En el transcurso del citado año hizo otros dos viajes a Australia, tocando a la ida, antes de cruzar el canal de Suez, en los puertos de Marsella y Nápoles. A finales de 1950 viajó de Brisbane a Djakarta, donde recogió a una expedición de holandeses de regreso a su país de origen. 

En el transcurso de 1951, Flotta Lauro incorporó otros dos buques al tráfico de la emigración hacia Australia, llamados “Roma” y “Sydney”, lo que permitió destinar el buque “Surriento” a la línea de Venezuela, para lo que fue reacondicionado con capacidad para 119 pasajeros en primera clase y 994 en clase turista. El 18 de septiembre del citado año realizó su primera escala en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. 

En marzo de 1953 retornó de nuevo a la línea de Australia, en sustitución del trasatlántico «Roma», que entonces estaba destinado a la línea Italia-Nueva York. Así permaneció los tres años siguientes en unión de su compañero de contraseña Sydney. El 22 de septiembre de 1956, a su llegada al puerto de Fremantle, las autoridades de inmigración inspeccionaron el buque y reportaron diversos defectos en los equipos de salvamento. Cuando éstos fueron subsanados fue autorizado a seguir viaje a los puertos de su itinerario y el 10 de octubre comenzó el regreso a Génova, cerrando así su etapa en el tráfico de la emigración a Australia. 

Primera etapa del trasatlántico “Surriento”, con dos chimeneas
Primera etapa del trasatlántico “Surriento”, con dos chimeneas

En diciembre de 1956 volvió de nuevo a la línea de Venezuela, con escalas en Nápoles, Génova, Barcelona, Santa Cruz de Tenerife, La Guaira y Maracaibo. A partir del 22 de agosto de 1957 incluyó en su itinerario una escala en Cádiz. Entre 1959 y 1960 fue sometido a obras de gran carena y modernización en el astillero de Génova. De su estampa marinera, que ganó en modernidad, desapareció una chimenea y quedó con capacidad para 1.080 pasajeros en clase única. Para mejorar la oferta y mantenerlo competitivo, le fue instalado un equipo de aire acondicionado y dotado con dos piscinas exteriores. Y así transcurrieron otros cinco años, yendo y viniendo en la línea Italia-Canarias-Venezuela.  

El 27 de enero de 1963 es la fecha que vincula al trasatlántico “Surriento” con la historia del puerto de Santa Cruz de La Palma. Como en las grandes solemnidades de la mar, en su primera escala el “liner” italiano entró empavesado y atracó estribor al muelle después de que el práctico José Amaro Carrillo saliera a recibirlo en su falúa a dos millas de la costa y saludara a la ciudad con varias pitadas. 

Unos días después, el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Miguel Sosa Pérez, recibió una carta del naviero Achille Lauro, propietario del buque “Surriento”, en la que le expresaba, entre otras consideraciones, que “el comandante Ángelo Carmincich, a su llegada a Nápoles, me ha hecho el elogio de la calurosa,  espontánea y cariñosa acogida que usted, las autoridades civiles y portuarias, así como la población, han tenido a bien  manifestar a nuestra unidad en ocasión de la escala efectuada en su bella Isla. Los honores que han tributado a mi buque y a su tripulación, me han llegado al corazón y han confirmado la unidad espiritual que vinculada a nuestros dos países. El pueblo español y el pueblo italiano vienen hondamente unidos por una idéntica fe religiosa, por analogías de lengua y por una igual sensibilidad de temperamento. Se entienden profundamente y el calor de esta manifestación no quedará como un simple episodio momentáneo, sino como un bellísimo y cariñoso recuerdo por cuantos en ello han participado”.

Achille Lauro, “cavallere del Valoro”, expresaba su deseo de que la primera escala del “Surriento” “pueda ser el inicio de un tráfico regular importante que me permitirá continuar escalas regulares en esa Isla” y decía que “si a mí me resultara imposible venir un día personalmente a Santa Cruz de La Palma, puedo asegurarle que lo hará mi hijo y en nombre mío le extenderá a V. un abrazo y rendirá piadoso homenaje a la Santa Patrona de la Isla, la Virgen de las Nieves”. 

El trasatlántico “Surriento”, a su llegada al puerto de Santa Cruz de La Palma
El trasatlántico “Surriento”, a su llegada al puerto de Santa Cruz de La Palma
La llegada del “Surriento” fue un acontecimiento en la historia de La Palma
La llegada del “Surriento” fue un acontecimiento en la historia de La Palma

El 13 de junio de 1965, domingo en el calendario, el trasatlántico italiano “Surriento” atracó de nuevo en el puerto palmero, para desembarcar una expedición de 113 pasajeros, que llegaban a la isla procedente de Venezuela con motivo del año lustral. La fiesta de recibimiento casi se tiñe de luto cuando una niña de seis años, al intentar coger una serpentina, cayó al agua y pudo salvar la vida gracias a la inmediata y decidida actuación de uno de los presentes, José Hernández Vargas, que la rescató con vida. 

Luego vino una etapa de amarre y en el segundo semestre de 1965 fue fletado por la compañía israelí ZIM Lines para cubrir la línea entre Marsella y Haifa, en la que relevó al trasatlántico Flaminia, de su misma bandera. La incorporación de los buques “Achille Lauro” y “Angelina Lauro” a la línea de Australia y la reubicación de los buques “Roma” y “Sydney” en la línea de Centroamérica, relegó a un segundo plano al buque “Surriento”. Su destino quedó sellado en pocas semanas. El 30 de septiembre de 1966 fue vendido para desguace y desmantelado en La Spezia, dando así punto final a su dilatada e intensa vida marinera.

Fotos: teesbuiltships.co.uk, don.genemcguire.com, navsource.org archivos de Juan Antonio Padrón Albornoz [Universidad de La Laguna] y Juan Carlos Díaz Lorenzo

 

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