Urho Kaleva Kekkonen (1900-1986) ha sido una de las figuras políticas más relevantes de la historia contemporánea de Finlandia y de Europa. En su momento nos ocuparemos de su personalidad y trayectoria con la debida amplitud. Dos veces primer ministro, entre 1950 y 1953 y 1954 y 1956, se convirtió en el octavo presidente de la República, cuyo mandato se extendió desde 1956 hasta 1981. Alcanzó su apogeo en 1975, cuando se celebró en Helsinki la reunión de la OSCE. Kekkonen fue un gran amigo de España y de Canarias, en particular, como lo demuestra el hecho de que nos visitó en varias ocasiones.
Por espacio de 41 años, entre 1940 y 1981, Tamminiemi fue la residencia oficial del presidente de la República de Finlandia. Está situada en el distrito Meilahti, en las afueras de Helsinki y ocupa una parcela de 450 metros cuadrados al oeste de la capital, a orillas de Seurasaarenskäkä. En la actualidad es un atractivo museo, en el que se resumen interesantes aspectos y tiene un halo de santuario de la historia nacional, pues la villa fue escenario de muchas negociaciones políticas y decisiones importantes de la historia del país, de ahí que sea un icono de los años de la guerra fría y de las relaciones con la URSS.



El edificio ya es centenario. Fue construido por encargo de Jorgen Nissen, un ciudadano de origen danés dedicado al mundo de los negocios. Se trata de un diseño de los arquitectos Sigurd Frosterus y Gustaf Strengell. Las obras finalizaron en 1903 y posteriormente cambió de propietarios e inquilinos en varias ocasiones, hasta que en 1924 fue adquirido por Amos Anderson, editor del periódico sueco Hufvudstadsbladet y reconocido mecenas artístico. En 1940, con el país en guerra contra la Unión Soviética, éste hizo donación del edificio al Estado de Finlandia, con la condición de que fuera utilizado como residencia oficial del presidente de la República.
Y aunque los primeros que la ocuparon fueron los presidentes Risto Ryti (1940-1944) y Carl Gustaf Emil Mannerheim (1944-1946) –Juho Kusti Paasakivi prefirió el Palacio Presidencial–, la villa está especialmente relacionada con el presidente Urho Kaleva Kekkonen, a modo de icono de los 25 años que se mantuvo en el poder. En el recorrido que hicimos por el emblemático edificio pudimos sustraernos en algunos episodios de su vida y de la historia contemporánea de Finlandia y los distinguidos visitantes que a ella acudieron –soviéticos incluidos–, con la anécdota de los encuentros en la sauna, siguiendo la más pura tradición finlandesa.

Kekkonen vivió en Tamminiemi desde marzo de 1956 hasta su fallecimiento, el 31 de agosto de 1986, tres días antes de que hubiera cumplido 86 años. Aunque su mandato acabó en agosto de 1981, forzado por su delicado estado de salud, el reconocimiento a su trayectoria y dedicación al país confluyeron en la decisión para que permaneciera en la villa presidencial, que se convirtió en un hospital de atención permanente hasta que sucedió su óbito.
En la primavera de 1987, el Gobierno finlandés decidió la reconversión de Tamminiemi en el Museo Uro Kekkonen. En diciembre siguiente abrió sus puertas y en 2009 fue remozado y actualizado con nuevas aportaciones. En sus paredes y estancias resuenan ecos de la historia que consiguió mantener la independencia de Finlandia y, especialmente, de los acontecimientos que jalonaron las décadas de los años sesenta y setenta. Los muebles, la decoración con motivos plásticos y exteriores del Art Nouveau y multitud de objetos que formaron parte de la vida de Kekkonen, están expuestos con naturalidad y sencillez, como la vida misma en la bella Finlandia.













Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo