La actividad en puertos y terminales marítimas siempre ha estado sujeta a una enorme competencia, que obliga a las empresas a dar lo mejor de si mismas, para no perder posiciones con respecto a sus competidores. La llegada de la pandemia por otra parte, forzó en cierta manera la irrupción de nuevas tecnologías y esfuerzos para su implantación, que permitieran evolucionar en los modelos de explotación.
Hemos sido testigos asimismo de las políticas de integración vertical que se vienen desarrollando por parte de las grandes navieras y terminalistas, pero son la digitalización y la automatización, los grandes objetivos para conseguir la reducción de los costos operacionales y desplazar a las instalaciones convencionales.
No existen herramientas milagrosas y estandarizadas. Cada terminal, cada cliente e instalación requiere de sus propios medios para su modernización, en base a su modus operandi. Las grandes terminales se inclinan por soluciones de automatización globales, pero no es lo habitual. Lo más común es un enfoque para la adopción selectiva de procesos y para problemas específicos.
En un artículo anterior explicaba lo importante que resulta en todos estos procesos que se entendieran entre si, que emplearan el mismo lenguaje, que tuvieran una arquitectura de código abierto. Además del discurso proactivo de la OMI en este sentido, las principales navieras están tratando de alcanzar acuerdos para que así sea, e implantar un futuro mas computarizado en menor tiempo.
La automatización de las terminales puede reducir significativamente los costes y mejorar el EBITDA. Una reducción de costes del 30%, puede traducirse en un 40% de incremento del EBITDA y así progresivamente hasta alcanzar porcentajes cercanos al 48% de ganancias, según un estudio reciente de Drewry.
Otro handicap de absoluta actualidad son los problemas de congestión de las terminales. DP World ha liderado un importante proyecto innovador en su terminal nº4 de Jebel Ali. Un sistema de apilamiento automatizado de contenedores, una gran estructura metálica con una capacidad de hasta 11 niveles en altura. Con ello se ha ganado no solo rapidez en la entrega del contenedor, incluso en los que se encuentran en niveles intermedios de la pila, sino que se ha incrementado la capacidad de la terminal, que ha pasado de apilar a un máximo de seis alturas a casi el doble. Si a esa inmensa estructura le añadimos una cubierta a base de paneles fotovoltaicos, estaremos hablando de la herramienta disruptiva verde por excelencia para grandes terminales. El sistema garantiza unos rendimientos de hasta 32 movimientos por hora para la carga terrestre de camiones.
Con el auge actual del comercio internacional, los operadores de terminales están apostando firmemente por la automatización para aumentar sus beneficios. El pedido de equipos ha experimentado un fuerte empuje. Software de gestión, soluciones de carga, monitoreo de vehículos, grúas y camiones autónomos, equipos de manipulación, etc.
Se estima que la capacidad portuaria mundial de contenedores aumentará un 2,5% de promedio por año, hasta alcanzar los 1,34 billones de TEU en 2025, dando lugar a unas tasas de utilización de más del 75%. Hablamos de un negocio que va a más.
Hablamos de sistemas tan avanzados que su fortaleza y resultados se proyectan sobre todo en instalaciones nuevas, con grandes volúmenes y cargas cautivas. La volatilidad en los puerto de transbordo tampoco suponen el mejor escenario para la automatización. Se da además una marcada diferencia entre la estrategia de automatización adoptada. Mientras que algunos están aprovechando sus capacidades internas, otros adquieren empresas con algún nivel de automatización para impulsar rápidamente sus rendimientos, la famosa integración vertical de las empresas navieras y terminalistas. Es un sector que ha despertado el apetito por el riesgo en inversores y que dispone de músculo financiero y tasas de interés más bajas. Esta tendencia ya no va a parar, porque es la solución que se baraja para superar los problemas de congestión, reducción de emisiones y sostenibilidad.
En cualquier caso y para una mayor objetividad, no debemos olvidar que los análisis de los proyectos de automatización portuaria, también deben incluir estimaciones de los costos sociales, impactos en empleo local e ingresos fiscales.
La automatización es un concepto ampliamente definido que puede comenzar con una simple digitalización de la documentación y extenderse a una terminal operativa totalmente automatizada. Actualmente, los operadores de terminales están optando por diversos grados de automatización, dependiendo de sus recursos financieros, técnicos y de la edad de la propia terminal. Automatizar una terminal antigua con los equipos preexistentes y con flujos de carga discontinuos, resulta generalmente antieconómico.
Foto: Juan G. Mata (J&N)