Sepla ha convocado formalmente cuatro días de huelga en Air Europa, del 30 de julio al 2 de agosto próximo, coincidiendo con el fin de semana de mayor movimiento de vacaciones del país. El sindicato de pilotos ha reconocido la intencionalidad de las fechas escogidas para su protesta. El jefe de la sección sindical, Antonio González, ha pedido disculpas de antemano a la ciudadanía, a sabiendas de que la opinión pública se le va a poner en contra.
Bien es verdad que la noticia no es nueva. Desde principios de mes, los pilotos de Sepla en Air Europa vienen advirtiendo de las fechas de su huelga, aunque parece que no se han producido avances en las negociaciones con la dirección de la aerolínea del Grupo Globalia. Existe la voluntad, según precisa Antonio González, de llegar a acuerdos y desde la compañía dicen lo mismo, lo cual hace pensar en la posibilidad de un acuerdo, pero si no lo hubiera habrá lío en los aeropuertos.
El conflicto radica en el trasvase de once aviones Embraer a la empresa Aeronova, operadora de Air Europa Express. Este asunto viene siendo motivo de conflicto desde su creación. Sepla dice que si no se contara con Aeronova, Air Europa precisaría de 144 nuevos pilotos, de ellos 72 comandantes de promoción interna y el resto nuevos contratos. Pero la creación de Aeronova reduce sus previsiones a 34 pilotos, de los cuales sólo 17 serían de promoción interna.
Esta estrategia empresarial de trasvase de aviones y personal no es nueva. El caso más llamativo es del de Binter, tras su venta a un grupo empresarial canario, a la que sólo le queda un avión propio. El resto, ya sean fruto del trasvase o de nueva incorporación, han pasado a Naysa y Canair. La operación tuvo un coste económico considerable, pero el panorama laboral actual difiere mucho del que existía cuando la aerolínea era propiedad de Iberia.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo