«Se recibió una información sobre un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión», dijo en su intervención ante los medios el portavoz de la Armada asignado al caso del submarino “ARA San Juan”, capitán de navío Enrique Balbi. «El embajador en Austria, Rafael Grossi, es miembro también de la Organización de Control de Pruebas Nucleares, que cuenta con una red de estaciones sísmicas hidroacústicas para verificar precisamente la no realización de ensayos nucleares», comentó en otro momento de su intervención, recoge una crónica del periódico argentino “La Nación”.
El portavoz de la Armada precisó que este informe coincide con el dato aportado por agencia internacional Ismerlo, especializada en el rescate de submarinos siniestrados, sobre el registro de un «ruido» a unas 30 millas de la última localización del navío. El hallazgo de la «anomalía hidroacústica» determinó la decisión de enviar a la zona buques con capacidad acústica subacuática y dos aeronaves de EE.UU. y Brasil para que verifiquen si realmente allí se encuentra el submarino “ARA San Juan”. Los dos informes se refieren casi al mismo punto y la misma zona, en un área de 125 kilómetros de radio
Cuando el portavoz se reunió con los familiares de los 44 tripulantes, éste no pudo concluir su intervención porque fue insultado e increpado después de que se hubiera referido a una explosión, hasta el punto de que hubo forcejeos y escenas muy dolorosas. Los titulares de la prensa argentina, especialmente los del periódico «Clarín», son elocuentes.
Foto: Armada argentina