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Se consuma el desguace de la histórica gabarra “Acentejo”

El desinterés y la desidia por el escaso patrimonio industrial que posee el puerto de Santa Cruz de Tenerife tiene un ejemplo demostrativo en el premeditado desguace de la gabarra “Acentejo”, que acaba sus días después de 40 años de existencia en el mismo puerto donde nació. Todos los esfuerzos que desde agosto de 2021, un grupo de antiguos tripulantes liderados por el capitán José Luis Rosales de Vera, han resultado inútiles.

Los contactos con la Autoridad Portuaria, Cabildo de Tenerife, ayuntamientos de la comarca de Acentejo –de la que toma su nombre– y otras entidades no han sido suficientes para conseguir la conservación de este buque como pieza de museo en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, a cuya historia pertenece desde sus orígenes. Lamentablemente es así. Nada de nada y de quienes cabría esperar en primera instancia, menos todavía. Estamos seguros que si Pedro Anatael Meneses Roqué hubiera estado al frente de la Autoridad Portuaria, esto no habría sucedido. 

Se había planteado, entre otros posibles usos museísticos, que podría explicar la evolución del servicio de “bunkering” en el puerto tinerfeño, que se remonta a 1930, cuando Shell posicionó un petrolero pontón en el muelle sur para competir con la recién inaugurada refinería de CEPSA. 

Se proponía, además, en una primera fase, la conservación exterior del buque en seco, en un emplazamiento del entorno del puerto de Santa Cruz de Tenerife, como se ha hecho con el aljibe que se encuentra en seco en la Dársena de Los Llanos –y de momento existe– y posteriormente su adecuación para los fines propuestos. El peso en rosca permite izarlo con la ayuda de la grúa de Bonny, cuestión importante a tener en cuenta. Nada de eso ha sido tenido en cuenta.

La gabarra “Acentejo” (IMO 8138221) ha sido el último y el mayor buque de casco de acero construido en Nuevos Varaderos (NUVASA), astillero que tuvo su sede en Santa Cruz de Tenerife y entró en servicio en 1982, siendo la construcción número 28 de la citada factoría.

En sus primeros años estuvo dedicada al servicio de agua potable por cuenta de la Junta de Obras del Puerto y después de su transformación, a partir de abril de 1988 se reconvirtió para el suministro de combustible primero por cuenta de Navalinca y después por Ciresa Bunker (Grupo Boluda) en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

De 293 toneladas brutas y 620 toneladas de peso muerto, medía 34,50 m de eslora total y 8,23 m de manga y estaba propulsado por un motor fuera borda Schotel, el mismo tipo que tenía la gabarra que se está desguazando en la Dársena de Los Llanos.

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Fotos: Ramón Acosta Merino para puentedemando.com

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