A Antonio Díaz-Llanos González le conocimos en alguno de los “delfines”, “Ciudad de La Laguna” o “Villa de Agaete”, a mediados de la década de los ochenta, aunque le recordamos, especialmente, estando al mando del ferry “Juan J. Sister” en la línea Cádiz-Canarias, cuando hicimos un viaje en agosto de 1998 de regreso a Tenerife después de desembarcar del buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano”.
De aquel viaje, a la salida de Cádiz, acompaña esta fotografía en la que vemos al capitán Antonio Díaz-Llanos González en el alerón de babor flanqueado por Juan José Martínez Olivera, jefe de máquinas y Fernando Pérez Labajos, entonces director de Flota de la Zona de Canarias, fallecido en enero de 2012.
Nacido en 1934 en Las Palmas de Gran Canaria, Antonio Díaz-Llanos González desarrolló el grueso de su carrera profesional en Compañía Trasmediterránea, en la que ingresó el 26 de enero de 1961 como tercer oficial y progresivamente ascendió en cada uno de los empleos del escalafón hasta alcanzar plaza de capitán. Además de los barcos anteriormente citados, también desempeñó, entre otros, el mando de los buques «Ciudad de Cádiz», «Ciudad de Burgos» y «Las Palmas de Gran Canaria».
Profesional de gran estima y ampliamente reconocido por sus valores como persona y su trato entrañable y afectivo, sus compañeros y amigos le recuerdan como excelente profesional, buena persona, consecuente y coherente, respetuoso, atento y conversador agradable. Su nombre pertenece a la selecta nómina de marinos canarios que han hecho historia en su mejor desempeño profesional, tejiendo cada día, en el ejercicio de su misión, los infinitos caminos del mar.
Desde Cádiz, el capitán Francisco Font Betanzos evoca la memoria de “este gran amigo y excelente profesional. ¡Cuántos relevos nos hicimos en el ‘J.J. Sister’, ‘Manuel Soto’ y ‘Juan J. Sister’. Era un hombre bueno, íntegro y con un enorme sentido de la responsabilidad”. Fallecido el 22 de febrero de 2012, Antonio Díaz-Llanos González dejó la estela del buen y bien hacer, la satisfacción del deber cumplido y sigue presente en la memoria fértil.
Foto: Juan Carlos Díaz Lorenzo