Aunque el excéntrico Michael O’ Leary, CEO de Ryanair, se empeñe en decir lo contrario, la realidad es tozuda y todo parece indicar que el desaguisado con el que la aerolínea está distinguiendo a sus pasajeros con la supresión de unos dos mil vuelos hasta finales de octubre, tiene su origen en una falta de pilotos suficientes para cumplir con la programación. Y de ello se ocupan de airearlo los sindicatos sectoriales, que para eso son finos, como no podría ser de otro modo.
Dice el homónimo del Sepla irlandés, conocido por las siglas IALPA, que en lo que va de año han dejado Ryanair nada menos que 718 pilotos. La excusa de la puntualidad se ha demostrado que es una mentira y mentira parece ser, también, el cuadrante de vacaciones y demás turnos. A río revuelto, ganancia de pescadores y, en este caso, de Norwegian, que tiene una flota compuesta por B-737 serie -800, licencia que tienen los pilotos de Ryanair. Con lo cual el tránsito e incorporación, hechas las comprobaciones correspondientes, es inmediato.
Foto: Adrian Pingstone