Ryanair pretende aumentar a 197 plazas la capacidad de sus aviones Boeing B-737 Max, para lo cual tendrá que estrechar el margen de espacio disponible entre asientos, lo que en aeronáutica se conoce como “pitch”, de 0,76 m a 0,71 m. Lo cual augura más incomodidad y mayor sufrimiento para las piernas de los pasajeros cuyas medidas no sean las estándares que los dirigentes de la “low cost” creen posible. Todo ello con el objetivo de aumentar la capacidad y sacar mayor rendimiento económico a costa de sentar a los pasajeros en espacios más reducidos.
Es previsible que, de llevarse a cabo, lloverán las críticas, cuestión que a Ryanair no parece que le importe mucho, considerando otros frentes que tiene abiertos. Son frecuentes las advertencias sanitarias de que los espacios tan reducidos pueden suponer riesgos para la salud en viajes largos, aunque hay opiniones que dicen que en trayectos de corto y medio radio podría ser soportable.
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