Ruido de sables en el seno del consejo de Astilleros Barreras

Andan las aguas muy revueltas en el consejo de administración de Astilleros Barreras y la noticia más reciente es el cese de su presidente, José García Costas –cuyo grupo tiene el 22,30% de las acciones–, resultado de una tensa junta general de accionistas celebrada ayer, en la que hubo ruido de sables contra el actual equipo directivo del astillero gallego. Presionado por los últimos acontecimientos, Pemex, que es el accionista mayoritario con el 51% –el 24,5% restante está en manos del Grupo Albacora–, ha decidido apartarle y con él a otros dos altos cargos: Juan González Crespán, director financiero y Alfonso López Loureiro, director general, informa la edición digital de La Voz de Galicia.
El estado de la cuestión, según lo publicado, tiene su origen en el extracoste que supondrá el retraso de seis meses del buque contratado por The Ritz Carlton, que se estima en unos 80 millones de euros. No está claro que vaya a construirse el segundo buque proyectado para la compañía norteamericana e incluso el armador ha manifestado su intención de llevarse el barco para acabarlo en otro astillero. La situación se complica con los dos buques de la compañía noruega Havila Kystruten, que están paralizados por problemas financieros y el proyecto del super ferry de Naviera Armas, que está previsto para 2021.
De modo que solo quedan dos opciones: una ampliación de capital o solicitar el concurso de acreedores. Y eso que Astilleros Barreras tiene un volumen de pedidos de algo más de 900 millones de euros, “volcado en el segmento de los cruceros, que se ha convertido en una manzana envenenada para el astillero”, resalta el citado periódico gallego.
Parece que el Grupo Albacora, que tradicionalmente se ha posicionado al lado del grupo de García Costas, tampoco quiere continuar en Barreras, vista la situación. Se habla de algo más de 200 millones de euros en créditos concedidos y las presiones que ejerce la banca acreedora para que el astillero haga una ampliación de capital social de unos 50 millones de euros como mínimo. Pemex no quiere invertir en una sociedad de la que quiere salir y la asfixia acecha a los proveedores, que ya están sufriendo las consecuencias de los impagos continuados.
Foto: Astilleros Barreras