Previsiblemente, el actual vicepresidente de Binter, Rodolfo Núñez Ruano (Santa Cruz de Tenerife, 1959), será el nuevo presidente de la aerolínea canaria, tras la dimisión de Pedro Agustín del Castillo, que deja la presidencia después de 18 años, según una carta enviada este lunes al personal de la empresa, “por razones de índole personal, al objeto de poder centrarse en sus empresas familiares y negocios propios”. Su puesto en el consejo será ocupado por su hija Susana del Castillo.
La noticia de la dimisión de Pedro Agustín del Castillo ha causado un gran impacto en el sector aeronáutico y empresarial de Canarias, sobre todo por lo inesperado. Se trata de un profesional de éxito, muy capaz y emprendedor. Durante su presidencia en Binter ha sido la cara amable de la compañía que ha experimentado un considerable crecimiento no solo en su red regional, sino nacional e internacional, además de una notable expansión en la prestación de servicios de índole aeronáutica.
Rodolfo Núñez Ruano no necesita presentación en el sector. Los sindicatos le conocen muy bien y saben cómo se las gasta. Es un tipo resolutivo, hábil y muy listo. En su día, cuando la compañía era filial de Iberia, aguantó iras y penurias y amenazó con volver. Y vaya sí volvió. Volvió para poner orden y concierto en una nueva etapa que se ha demostrado altamente exitosa, aunque el esfuerzo no ha sido gratuito. Desmantelada aquella Binter A heredera de Iberia y foco de frecuentes conflictos, tensiones y problemas repetitivos que lastraban la imagen y la calidad del servicio, Rodolfo Núñez acabó con la diversión.
Naysa (Binter B) y Canair (Binter C) y, sobre todo esta última, han consolidado un cambio radical en la prestación del servicio, en el que hace bastante tiempo que no trascienden problemas, pues sus coprotagonistas saben muy bien que quien se mueve no sale en la foto. Por ahí anda Canaryfly (para muchos Binter D, a tenor de las evidencias) y como las cosas son como son, el tráfico de la fracasada Air Europa Express en Canarias también ha pasado a manos de esta última, poniendo de manifiesto el estrepitoso y amargo final de una apuesta carente de consistencia y conocimiento de la idiosincrasia del mercado regional.
Binter ha renovado flota sistemáticamente consolidando su módulo ATR-72 y ampliado su horizonte, primero con vuelos internacionales (Marruecos, Portugal, Cabo Verde, Senegal…) y por último con vuelos nacionales (Palma de Mallorca, Vigo, Murcia, Santander, Vitoria, Zaragoza…). La apuesta por el avión CRJ-1000 se ha demostrado un gran acierto, vamos a ver si ahora el avión Embraer E2 consolida esa trayectoria y cómo queda el sector con la crisis sanitaria y económica derivada del coronavirus. Desde luego, la fiabilidad técnica y la calidad del servicio a bordo de Binter bien merece un reconocimiento y pone de manifiesto que sabe hacer bien su trabajo.
Foto: cedida