De la mar y los barcosDestacado

“Río Asón” (1967-1985), matrícula naval de Santander

A la matrícula naval de Santander, histórico puerto de Castilla, perteneció el buque frigorífico “Río Asón”, adquirido en 1967 por Transportes Frigoríficos Marítimos, empresa fundada el año anterior por Fernando M. Pereda, el más relevante de los navieros cántabros de la segunda mitad del siglo XX. La citada compañía, dedicada preferentemente al transporte de las capturas de pescado de las flotillas españolas que faenaban en diferentes caladeros, tuvo cuatro buques –dos de segunda mano y dos de nueva construcción– nombrados con ríos de Cantabria: “Río Miera”, “Río Asón”, “Río Nansa” y “Río Besaya”.

El segundo de ellos se incorporó a la flota de Transportes Frigoríficos Marítimos cuando apenas tenía dos años de vida marinera. Llamado en origen “Punta Eureka”, pertenecía a la Compañía General de Pesquerías y Frigoríficos (COPFISA) y se trataba de la construcción número 102 del astillero de la Sociedad Española de Construcción Naval en Matagorda (Cádiz). En septiembre de 1963 se procedió a su puesta de quilla del que sería el primer buque frigorífico construido en la citada factoría y el 15 de febrero de 1964 resbaló por la grada con el ceremonial acostumbrado. En junio de 1965, tras verificar satisfactoriamente sus pruebas de mar, se entregó a su compañía armadora, siendo inscrito en la matrícula naval de Santander.

A la compañía Transportes Frigoríficos Marítimos perteneció por espacio de una década, pasando en 1975, sin cambiar de nombre y en unión del buque “Río Miera”, a la flota controlada por el naviero tinerfeño Florentín Castro, que tenía su sede en Londres y su base de operaciones en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, donde FRUCASA gestionaba los embarques, lo mismo que en Santa Cruz de Tenerife, etapa en la que navegó en los tráficos internacionales de su especialidad y generó buenos fletes para su compañía armadora.

Sin embargo, en 1982 comenzaron a aflorar los problemas financieros y en octubre de aquel ese año el buque “Río Miera” fue embargado en el puerto de Trieste por orden del abogado Vincenzini, jefe de un bufete italiano especializado en Derecho Marítimo. También fueron embargados los buques “Atlantic Sprinter” en Burriana, cuando estaba en trato para venderlo a Compañía Trasatlántica y “Guadalupe” en Rotterdam. La situación se resolvió con la transferencia bancaria desde Castro London Ltd. del dinero correspondiente a las deudas acumuladas.

En 1985, cuando contaba veinte años de vida marinera, se vendió a la sociedad panameña Montauk Trading Co. Ltd., siendo renombrado “María Christina M.”. Tres años después, cuando se encontraba fondeado en la isla de Taboga, se declaró un incendio que causó daños graves y finalmente se vendió para desguace en Cartagena de Indias (Colombia), a donde arribó el 2 de diciembre de 1988, siendo desmantelado a cargo del personal de la empresa SIPSA.

De 1.475 toneladas brutas y 2.284 toneladas de peso muerto, medía 83,60 m de eslora total –75,35 m de eslora entre perpendiculares–, 12,10 m de manga y 6,75 m de puntal. Tenía una capacidad de 84.000 pies cúbicos en tres bodegas refrigeradas y entrepuentes y estaba propulsado por un motor diésel Naval Werkspoor TMABS-3910, de 2.490 caballos sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 15 nudos. Código IMO 6409210.

Foto: vía Antonio Guillén Rodríguez 

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