En el primer tercio de la década de los años setenta, la compañía soviética Black Sea Shipping Co., con sede en Odessa, contrató con el astillero Wärtsila (Finlandia) la construcción de cinco buques tipo ferry que fueron en su momento la mejor representación de la flota de pasaje de la extinta URSS, junto a los cinco trasatlánticos de la clase “Ivan Franko”, construidos entre 1964 y 1972 en el astillero Mathias Thesen, en Wismar (República Democrática Alemana).
A la contraseña de la bandera roja con la hoz y el martillo pertenecían entonces algunos barcos interesantes de segunda mano –“Leonid Sobinov”, “Fedor Shalyapin”, “Maksim Gorkiy”, “Odessa”, “Aivazovskiy”,…– que se unieron a otros históricos –“Rossiya”, “Admiral Nakhimov”, “Baltika”, “Ukraina”…– y fueron durante años asiduos visitantes de los puertos canarios, tanto por sus escalas turísticas como de apoyo en los largos viajes entre la URSS y Cuba y en las misiones internacionales de la revolución cubana en Angola y Etiopía, en la que fletaban los buques con capacidad trasatlántica de ésta y otras compañías soviéticas.
Los cinco ferries finlandeses recibieron nombres de repúblicas de la Unión Soviética: “Belorrusiya”, “Gruziya”, “Azerbayhzan”, “Kazakhstan” y “Kareliya”. Barcos magníficos, bien diseñados y mejor construidos, la compañía propietaria entendió pronto el potencial que tenían para la oferta turística de la época, alemanes y británicos, principalmente. Fletados por CTC y con capacidad para 650 pasajeros, aparecieron por los puertos españoles con bastante frecuencia, etapa a la que corresponde la foto de Jordi Montoro del buque “Gruziya” en el puerto de Barcelona.
Aunque la URSS siempre mostró preferencia por la construcción naval finlandesa a la hora de construir fuera del país, las buenas relaciones políticas y comerciales existentes entre Leonid Brezhnev y Urho Kekkonen favorecieron notablemente el curso de los acontecimientos. En Finlandia habían sido construidos otros buques especializados –rompehielos, oceanográficos, remolcadores de altura…– y tanto la calidad de los materiales, el sistema de construcción y el cumplimiento de los plazos constituía una garantía.
Con 44 años de vida marinera, el buque “Gruziya” –o “Salamis Filoxenia”, que así se llama en la actualidad– es la construcción número 1.213 del astillero de Turku, donde fue botado el 18 de octubre de 1974. Entregado el 30 de junio de 1975, había estado precedido por el buque “Belorrusiya” y tras nuestro protagonista siguieron los buques “Azerbayhzan”, en diciembre de ese mismo año; y “Kazakhstan” y “Kareliya”, en junio y diciembre de 1976, respectivamente. En sus primeros años de mar tenía capacidad para 505 pasajeros y 256 automóviles y posteriormente sería reacondicionado para 650 pasajeros y en la actualidad aloja a 590 pasajeros.
Es un buque de 16.331 toneladas brutas y 2.251 toneladas de peso muerto, siendo sus principales dimensiones 156,27 m de eslora total, 22 m de manga y 5,90 m de calado máximo. Está propulsado por dos motores Pielstick 18PC2V –fabricados, bajo licencia, en los talleres de Wärtsila-, con una potencia de 17.747 caballos sobre dos ejes e igual número de hélices de paso variable, que le permite mantener una velocidad de 21,5 nudos. Código IMO 7359400.
A su estreno, el buque “Gruziya” fue utilizado como ferry en líneas comerciales del Mar Negro y Mediterráneo, así como cruceros de turismo para los mercados alemán, británico y de EE.UU. Cuando desapareció la URSS, los cinco buques pasaron a bandera de Ucrania y a partir de entonces sus destinos han sido diversos, salpicados de algunos incidentes y accidentes. Después de otras tres etapas como “Odessa Sky” (1995-1998), “Club I” (1999) y “Van Gogh” (1999-2009), en la actualidad ostenta el nombre de “Salamis Filoxenia” y es propiedad de Mana Shipping Co. Ltd, abanderado en Chipre.
Foto: Jordi Montoro