En mi análisis del pasado 4 de diciembre de 2024, resumía el contenido de la reunión del Genesys Think Tank, en la que un grupo de profesionales tratamos las posibles consecuencias derivadas del anuncio de la imposición de aranceles, por parte de la nueva administración Trump.
El anuncio de los aranceles y sus primeras consecuencias
Las conclusiones del grupo de estudio, adelantaban la llegada de un momento comercialmente complicado para Europa. El riesgo de que los grandes productores trasladaran sus centros de producción, para eludir los fuertes aranceles estadounidenses. Aunque el corolario final del encuentro de Genesys enfatizaba, en los próximos movimientos del comercio chino. Si los productos chinos no podían entrar en EE.UU. a través de México, estos orientarían su producción a otros mercados como el europeo, con políticas de dumping o hacia aliados norteamericanos.
Una puerta trasera que solucionase el inminente problema arancelario. “Un contundente reenrutamiento de enormes volúmenes de carga, debido a la aplicación de las nuevas medidas del gobierno de EE.UU”.. La relocalización de fábricas y producciones e importantes cambios de origen y destino de las materias primas, introduciendo los productos en terceros países para mantener a la red de clientes. Tres meses después, comprobamos que la valoración de Genesys era bastante acertada.
El impacto en la producción y el transporte marítimo
Todo ello reactivaría la flota mundial de portacontenedores, para poder dar respuesta a estos cambios y al fortalecimiento de las alianzas entre navieras, con nuevos emplazamientos y redireccionamiento de rutas.
De hecho, MSC ha firmado recientemente, un nuevo contrato para la construcción de cuatro, con opción a otros cuatro, portacontenedores de 21.000 TEU, con propulsión dual y uso de GNL, en un astillero chino de Zhejiang. Lo que no sabemos, es si a la compañía le dio tiempo de valorar las nuevas medidas de Trump, respecto a las tasas que se impondrán a los buques de construcción china, que recalen en los puertos estadounidenses.
MSC controla en torno al 20% de la flota global y unos 6,5 millones de TEU, aunque incrementará esta cifra en los próximos años de manera contundente, dados los nuevos pedidos ya confirmados. CMA-CGM y Maersk también expandirán sus flotas. La primera encargó también a astilleros chinos, 12 unidades de 18.000 TEU y otros 12 de 15.500. Maersk baraja la adquisición de 30 unidades de 15.000 TEU propulsados por GNL. Los astilleros chinos siguen dominando el mercado de la construcción naval, con amplísimo margen, motivo por el que la administración americana quiere recuperar el terreno perdido en esta industria, a base de tasas de escala a los navíos de construcción china. Es difícil prever las consecuencias que tendrán estas medidas para la flota mundial, sobre todo en el grupo de portacontenedores y graneleros, mayoritariamente construidos en Asia.
Vietnam y México: los nuevos jugadores en la guerra comercial
Tal y como analizábamos hace unos meses, las empresas chinas han reaccionado ante tales medidas. Y no nos referimos tanto a los aranceles que Pekín ha implantado como respuesta a los norteamericanos, sino a los movimientos de las empresas chinas, que ya destinan un tercio de sus inversiones, para habilitar la producción fuera de sus fronteras.
El primer destinatario Vietnam. Un histórico aliado comercial de EE.UU. Probablemente, este solo sea un proceso itinerante. Es sabido que Trump trata de reducir los déficit comerciales de su país. Es el discurso empleado también para Europa, por acumular una balanza comercial positiva con Washington. Vietnam alcanzó durante 2024 un escalofriante superávit comercial con EE.UU. de 124 billones de dólares, beneficiándose de las tensiones entre las dos grandes potencias, gracias a empresas como Apple o Intel, que producen en ese país. También es el caso de México, motivo por el que ahora se le impondrán unos aranceles correctivos del 25%.
Sabemos que los clientes norteamericanos y europeos presionan a los grandes productores, para eludir los aranceles de la administración estadounidense. La pregunta es cuanto tardarán terceros países en ser objetivo de nuevos aranceles y hasta cuando se desplazarán las producciones de las empresas para evitarlos. El comercio global enfrenta una encrucijada: adaptarse o pagar el precio del proteccionismo. Es la pugna comercial que rige nuestros días y en la que veremos si las políticas americanas finalmente consiguen acaparar el control de los mercados, o si por el contrario la guerra arancelaria provoca una inflación, incapaz de ser soportada por los consumidores y fábricas estadounidenses.
El futuro: ¿más inflación o más proteccionismo?
De momento lo que se valora en la cadena de suministro, es un certificado de origen de los productos, capaz de eludir los fuertes aranceles a la importación. Vietnam, probablemente caiga en la misma espiral, subrayando que el 30% de las exportaciones vietnamitas, tienen como destino EE.UU.
Visto esto, ¿Cuál será el siguiente centro de transbordo para la producción? El gobierno vietnamita no es ajeno al riesgo de la situación y lo que está en juego. Ha optado por medidas proactivas, encargando un centenar de aviones Boing y productos agrícolas norteamericanos. Mutatis mutandis, el GNL que ha negociado la Unión Europea con EE.UU.
Parece que, de momento, la situación se inclina de manera favorable, a los intereses comerciales de Washington. Pero esta partida se juega a largo plazo, e intervienen múltiples factores transversales y geopolíticos. Si la economía global es un tablero de ajedrez, la nueva administración estadounidense ha movido su primera pieza con un jaque directo a China y México.
El 4 de marzo comienza la aplicación de los nuevos aranceles:
Para Canadá: el 10% sobre la energía y el 25% sobre todos los demás productos.
Para México: el 25% sobre todo sus productos.
Para China: el 10% sobre todos los productos sumado al 10% aplicado ya en febrero.
A nivel global: el 25% sobre el acero y el aluminio. Incluida la producción vietnamita.
Estamos ante el inicio de un ciclo proteccionista. La gran pregunta es: ¿Quién se beneficiará realmente de estos cambios y quiénes pagarán el precio?
Jose Rafael Díaz Hernández, member of the Genesys Think Tank
Empowering Global Strategies, Connecting Supply Chains, Shaping a Sustainable Future
Foto: cedida para puentedemando.com