Islandia vive una nueva erupción próxima a la ciudad de Grindavik, en la península de Reykjanes. En un país acostumbrado a la frecuente actividad de sus volcanes, Defensa Civil ha tomado las medidas oportunas y la población sabe cómo actuar en estos casos. Aunque ha decrecido la actividad desde las primeras horas, el frente de la lava está a menos de 250 m de Suðurstrandarveg.
En la tarde de ayer, informa verdur.is, el avance ha sido de unos 12 m/h. Si la velocidad se mantiene sin cambios, la lava llegará a Suðurstrandarveg en unas 20 horas y tendría que recorrer 350 m más para llegar al mar.
En ese caso, se estima que podría provocar un peligro local debido al rápido enfriamiento de la lava. Al principio existiría peligro por piroclasticidad y formación de gases, principalmente ácido clorhídrico (HCI). En un radio de unos 500 m desde el punto de contacto de la lava con el mar, las condiciones serían peligrosas.
Sin embargo, a medida que aumenta la distancia, el riesgo disminuye y se considera poco probable que la lava llegue al mar. Según la velocidad del avance de ayer tarde (12 m/h), se necesitarían unos dos días. Aunque la erupción continúa, es importante estar preparado para este escenario, ya que las condiciones que podrían surgir pondrían en peligro la vida de quienes se encuentren en el área afectada.
Foto: Björn Oddsson / Defensa Civil