El mutismo rodea el remolque de las dos mitades del dique flotante adquirido en Nueva Orleáns (EE.UU.) por la empresa italiana Palumbo, y que tenía como destino el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Se trataba de una de las apuestas más ambiciosas en materia de reparaciones navales en esta zona del Atlántico, que situaría a Tenerife en el mapa internacional del subsector.
No en vano, el dique tenía en origen una fuerza ascensional de 80.000 toneladas, con lo que cubría un amplio espectro de posibilidades, sobre todo en el caso de petroleros y bulkcarriers. Sus dimensiones imponían, con una eslora de 270 m y 78 de manga. Construido en 1967, estaba inactivo desde 2014, en que se produjo el cierre del astillero Avondale ubicado en el río Misisipi.
Como ya publicamos en esta misma sección, la llegada del dique flotante de Palumbo Tenerife Shipyard estaba prevista para el 15 de octubre de 2017, a remolque del remolcador de altura “Pacific Dragon”. Al parecer, el plan del viaje se vio alterado debido a los ciclones que afectaron a la zona del Caribe, por lo que el convoy buscó refugio en varios puertos alternativos. A partir de ahí se sucedieron varias informaciones contradictorias hasta que, tiempo después, se supo parte de la realidad.
El pasado 5 de enero llegó el remolcador liberiano “De Zhou” al sur de Tenerife con el remolque de una de las dos secciones, que fue atracada al día siguiente en el puerto de Granadilla, donde se encuentra desde entonces. En la maniobra intervinieron los remolcadores “VB Balear”, “VB Canarias” y “VB Muletón”. Capitanía Marítima ordenó la detención y embargo del remolcador “De Zhou”, lo cual nos dio a entender que algo grave sucedía y en aquel momento, ante el silencio imperante, pensamos que ello provocaría un retraso en el remolque de la segunda sección. Nada más lejos de la realidad.
El 20 de febrero publicamos en esta misma sección la noticia de que una de las dos secciones que componen el dique flotante de Palumbo Tenerife Shipyard se había hundido por el camino, y que esa era la razón del embargo del remolcador que lo había traído. Supimos, entonces, que estaba en curso una investigación que se mantenía en gran sigilo y determinaría las responsabilidades del caso, aseguradoras de por medio, que se apuntan millonarias.
Un asunto muy grave que ha complicado los planes de la empresa italiana para su instalación en el puerto tinerfeño, donde proyectaba un importante centro de reparaciones navales y en el que el dique flotante era el principal soporte de su actividad. Está por determinar si la media sección existente puede ser utilizada y cuál será el coste de su adaptación. Por el momento, poco o nada ha trascendido al respecto.
El pasado 17 de mayo, el periódico ABC publicó una información en la que afirma que un trozo del dique flotante destinado al puerto de Tenerife había emergido en aguas del Triángulo de las Bermudas, donde había sido localizado por los tripulantes de un velero deportivo. Entonces tomamos la información con cautela, pese a que la crónica citaba a Steffan Watkins, experto en inteligencia, quien confirmaba la aparición, de la que, en principio, no nos cuadraba la imagen publicada con lo que hasta entonces conocíamos de la instalación.
Pero desde EE.UU. nos llegó hace unos días la reconfirmación de que el trozo que había reaparecido pertenece a la mitad perdida del dique flotante que Palumbo Tenerife Shipyard había adquirido en una inversión que ha supuesto un serio quebranto para la empresa italiana y una magnífica oportunidad perdida para el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Tom Pitchford nos escribió y envió algunas fotos en las que aprecian detalles concretos, que incluimos en esta información y que, efectivamente, comprobamos que son ciertos.




Fotos: vía Nicolás Arocha, Francesco Ponticelli, Dannie Evangelista, Susan Lejuene y JP Mybrugh, vía Tom Pitchford, vía Ramón Acosta Merino