Aunque la formación de bancos de niebla en el aeropuerto de Tenerife Norte – Los Rodeos es un hecho frecuente durante todo el año, cuando llega la primavera y el verano el fenómeno se intensifica y suele ser frecuente el desvío de vuelos al aeropuerto Tenerife Sur. Suerte que existe dicha alternativa, pues hasta la apertura al tráfico aéreo de éste, la solución estaba en el aeropuerto de Gran Canaria.
La intensidad de la niebla es muy variable y permite o impide los aterrizajes en cuestión de minutos. Una ráfaga de viento puede despejar o invadir el aeropuerto. Además, dada la naturaleza de microclimas existente en la isla, se da la circunstancia de que en Santa Cruz de Tenerife, a solo diez kilómetros del aeropuerto, puede brillar el sol y sin embargo en La Laguna estar totalmente cubierta. E incluso, apenas a unos cientos de metros de ambas cabeceras, 3-0 y 1-2, también estar despejado.
Foto: Moisés Pérez