La construcción del buque quimiquero “Bahía Candela”, botado el pasado 27 de junio en Astilleros Murueta, factoría de Erandio —que dio vida Tomás Ruiz de Velasco en la década de los años cincuenta—, marca un hito en la historia del astillero y de la compañía armadora Mureloil. Será fletado en un contrato de largo plazo a Repsol y tendrá su base de operaciones en el puerto de Algeciras.
El nuevo buque, cuya entrega está prevista para febrero de 2026 y supone una inversión de 40 millones de euros, es un proyecto de la oficina técnica de Astilleros Murueta en colaboración con Mureloil, que aporta su experiencia en la operativa de buques de suministro de combustibles, un nicho de mercado donde ha encontrado una interesante posición.
El buque “Bahía Candela” mide 94 m de eslora y tiene una capacidad de carga de casi 8.000 metros cúbicos en 12 tanques preparados para todo tipo de combustibles, entre ellos metanol, etanol y biocombustibles. Lo cual posiciona a Mureloil entre las compañías de bunkering capacitadas para la apuesta por la transición energética y la descarbonización del sector marítimo.
El nuevo buque estará equipado con un sistema de propulsión diésel-eléctrico y tecnología avanzada de baterías que le permitirán reducir las emisiones de CO2 en un 50% durante las operaciones de suministro de combustible. Asimismo, dispondrá de una capacidad de almacenamiento de energía suficiente para realizar operaciones y viajes cortos en modo completamente eléctrico.
En los últimos años, Astilleros Murueta ha sido responsable de otros proyectos de interés, entre los que figuran seis buques multipropósito de propulsión diesel-eléctrica para el pool Murueta-Atlantico Shipping; “Oizmedi” (2018), primer buque español para el suministro de gas natural licuado (GNL) para Ibaizabal; “Ibaizabal Quince” (2020), primer remolcador propulsado con GNL también para Ibaizabal; y “Bahía Levante” (2022), un petrolero de productos híbrido diésel-eléctrico para el suministro de combustible y con cero emisiones en puerto, para Mureloil.
Foto: Astilleros Murueta
1 comentario
Trabajo enfrente del astillero. Es ilusionante y curioso ver a los trabajadores día a día ir dando forma a estos monstruos.
Ni que decir tiene el día de las botaduras, que atraen multitud de curiosos.
Por cierto, el año pasado murió un trabajador en el astillero. Son trabajos duros y dignos de elogio.