Los medios marítimos internacionales siguen con mucha atención la quiebra de Hanjin Shipping. Los puertos en los que el gigante surcoreano opera habitualmente no permiten que atraquen los barcos de esta naviera por temor a los impagos de las operaciones. Razón por la cual tendrán que esperar a que llegue la solución, que no parece fácil ni rápida y los expertos hablan de semanas, como muy pronto o de meses. Se habla de un desastre mayúsculo a nivel mundial, muy superior al que en su momento protagonizó United States Lines en 1986, pues Hanjin Shipping tiene presencia en los principales puertos.
Hay algo más de medio millón de contenedores atrapados, la mayoría a bordo de la flota de Hanjin y en las terminales donde habitualmente opera. Otros están en tierra y permanecerán como garantía ante lo que pueda suceder. Para evitar embargos, los barcos sean propios o fletados evitan hacer escala y están pendientes de los acontecimientos. Millones de toneladas de mercancías esperan llegar a sus destinos, lo que puede hacer que el comercio se resienta, pues no toda la carga es responsabilidad de Hanjin, sino del consorcio en el que opera y del que forman parte otras cuatro grandes navieras.
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