El presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, acompañado por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, asistió ayer al acto de inauguración del puerto de Granadilla, Tenerife, en una jornada en la que seguía soplando viento y oleaje del sur, lo que se convirtió en una incomodidad para el desarrollo del acto. Entre los asistentes, entre otras autoridades, el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo; el presidente de Puertos del Estado, José Llorca; el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Carlos Alonso y el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Ricardo Melchior, además de otros cargos de la Administración del Estado, autonómica, regional y provincial.
El proyecto de las obras de abrigo (dique principal) fue aprobado en 2005 y adjudicado en 2007. Su ejecución efectiva comenzó en 2010. Las actuaciones realizadas hasta el momento han supuesto la ejecución del dique exterior, el contradique y la primera fase del muelle polivalente de ribera, lo que ha permitido su entrada en servicio el pasado 21 de noviembre, con el atraque de la primera plataforma petrolífera, de las dos que allí se encuentran en la actualidad.
De acuerdo con el vigente Plan de Inversiones 2017-2021 de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, la inversión total prevista en el puerto de Granadilla asciende a 362 millones de euros. Cantidad de la que se han ejecutado casi 200 millones en las obras de dique y contradique, actuaciones que se han visto beneficiadas por ayudas europeas (Fondos de Cohesión) por un importe de 67 millones.
El puerto de Granadilla fue proyectado como una instalación complementaria del puerto de Santa Cruz de Tenerife, dada las limitaciones de éste en cuanto a sus posibilidades de crecimiento, pues su configuración física muestra un puerto eminentemente urbano rodeado por el casco urbano de Santa Cruz, con restricciones evidentes en cuanto a la disponibilidad de superficies y anchura de dársenas.
Sobre ese planteamiento surgió el proyecto de construcción de un nuevo puerto en la isla de Tenerife, para lo que se eligió la ubicación de Granadilla de Abona, que serviría, por una parte, para descongestionar el puerto de Santa Cruz de Tenerife, trasladando parte de sus tráficos y captar otros tráficos que potencialmente se pudiesen desarrollar en la isla.
El desarrollo de una nueva zona industrial y logística a desarrollar en Granadilla, en terrenos anexos a los que ocupará el puerto, implicará la generación de nuevos tráficos industriales asociados, tales como GNL, graneles sólidos, etc. El puerto de Granadilla contará con más de mil metros de muelles y una superficie de 75 Ha.
Fotos: cedidas