Manolo Navarro, durante años –muchos a decir verdad–, jefe de muelle de Consignataria Insular, primero y de Consignataria Herrera en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, acaba de rendir su última singladura. Alberto Herrera Rodríguez nos trae la triste noticia del amigo de quien aprendimos muchos secretos del entramado portuario en las operaciones de la flota de Naviera Pinillos, un mundo que hay que conocer y Manolo lo conocía en detalle.
En la hora de la despedida terrenal, tenemos mucho que agradecerle a Manolo Navarro. Primero y principal, su forma de ser, su educación, su cercanía y su amistad. De su quehacer profesional queda constancia de su buen y bien hacer en su relación y trato con la comunidad portuaria, con las tripulaciones de Naviera Pinillos; su lealtad a la familia Herrera, a la que siempre fue su empresa y su amor por el puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde desempeñó toda su vida laboral.
Descanse en paz y vaya nuestra sentida condolencia para su familia y amistades.
Foto: cedida