Los ritos perdidos entre el Bar Central, Las Tejas y El Canguro

Desayunar tortilla única en el “Bar Central” de La Laguna con la especialidad de Nieves, los bocadillos de “Las Tejas” de Todoque y tomar un café en “El Canguro” eran ritos. Trabajadores que se desplazaban a las fincas de plátanos o a los empaquetados, lugar de encuentro para los que terminaban a mediodía su horario laboral y citas para establecer encargos o contratos para pequeñas obras o negocios.
No es fácil, conmueve que estos lugares se unan a la desdicha mala que maldecía la endecha por la muerte de Guillén Peraza.
Tus campos rompan tristes volcanes,
no vean placeres, sino pesares,
cubran tus flores los arenales.
Desde el siglo XV no se había encontrado la simbiosis perfecta entre la maldición literaria de una obra genial y la realidad. Saber que el Valle de Aridane, denominado desde antiguo La Banda, se transforma hacia el negro de las tinieblas, es una metamorfosis cruel y dolorosa.
El ánimo tiene que prevalecer, la ilusión no se puede perder, los mensajes deben ir en positivo. Esto lo dice mucha gente, pero escasamente lo oigo en personas relacionadas con la tragedia. No es fácil para los que perdemos generar optimismo. La psicología conductista, me parece bien, debe hacerse desde la TV Canaria, desde las Administraciones y desde colectivos de sofá, alejados del humo y el fuego que destruye futuro.
«Central», «Las Tejas» y «El Canguro». Sus propietarios no tienen sino tristeza y sus clientes son representantes evacuados de una infamia que sólo se mitigará si quienes piden sosiego y calma, unen esfuerzos para que los gobiernos ganen la última batalla al volcán, dejando construir de nuevo, sobre sus escorias, fincas, negocios y bares de trabajadores.
Si queremos ilusionarnos, empecemos por ahí: presenten, quienes tienen la responsabilidad, en la ventanilla con registro de entrada propuestas para cambiar leyes que permitan ganarle al volcán una, la única, cuando enfríe.
No pierdo la esperanza de disfrutar de las tortillas de papas de Nieves o las morenas fritas que servía Jorge en «El Canguro».

Fotos: ¿autor? y Facundo Cabrera
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