En la época de poco muelle y muchos barcos –en el decir marinero del siempre bien recordado amigo y maestro Juan Antonio Padrón Albornoz–, esta era la estampa que presentaba el muelle sur del puerto de Santa Cruz de Tenerife a mediados de la década de los años veinte del siglo XX, en plena zafra del transbordo y la exportación frutera a Europa.
La línea de atraque está ocupada con unidades de Fred. Olsen & Co., Yeoward Line y Compañía Trasmediterránea y, en primer plano, aparece el buque “Guanche”, uno de los barcos de cabotaje que tenía a su cargo el transporte frutero desde los tenederos del suroeste de Tenerife y pescantes de La Gomera.
Inscrito en la matrícula naval de Tenerife, este buque tomó forma en el astillero R. Williamson & Son, en Workington y en febrero de 1904 arribó por primera vez al puerto tinerfeño con el citado nombre, bandera británica y contraseña de Henry Wolfson. Abanderado en España en enero de 1907, en 1921 pasó a la propiedad de la Compañía Marítima Canaria y en octubre de 1924 se revendió a Hamilton y Cía., siendo renombrado “Carmen” en 1925, bautizado con este nombre en honor a Carmen Monteverde, esposa de Carlos J.R. Hamilton.
En plena crisis del cabotaje frutero, en 1928 pasó a formar parte de la flota del naviero tinerfeño Álvaro Rodríguez López, siendo renombrado “San Sebastián” y unos meses después “San Isidro Labrador”. A comienzos de 1939 se revendió a lo hermanos Manuel y Adolfo Ramírez Escudero y a finales de 1941 pasó a Transcomar y entró al servicio del Ministerio de Transportes de Alemania, sin cambiar de nombre ni de bandera, como unidad de transporte auxiliar en el Mediterráneo.
El 4 de abril de 1943 se hundió por la vía de agua producida por un torpedo que no explotó lanzado desde el submarino griego “Katsonis”, cuando navegaba cerca de la isla de Kynthos, en el mar Egeo. En junio de 2022, el investigador Kostas Thoktaridis informó de la localización del pecio a 98 m de profundidad en la costa occidental de la referida isla, en apreciable buen estado.
De 235 toneladas brutas y 349 toneladas de peso muerto, medía 36,58 m de eslora, 6,76 m de manga y 3 m de calado. Estaba propulsado por una máquina de vapor compound, de 157 caballos de potencia y una caldera cilíndrica de llama en retorno, con la que mantenía una velocidad de 8,4 nudos.

Bibliografía:
Díaz Lorenzo, Juan Carlos (2017). “Álvaro Rodríguez López 1885-1958. Simbiosis entre La Gomera y Fred. Olsen”, pp. 322-326. Santa Cruz de Tenerife.
Fotos: archivo de Manuel J. Martín Martínez-Ball y Kostas Thoktaridis